Directo desde el estado de Ohio llega No Eternity In Gold, el nuevo y quinto de la banda de metalcore LIKE MOTHS TO FLAMES. Publicado a través de la discográfica UNFD tras romper con Rise, su sello de toda la vida, ha sido producido por Carson Slovak y Grant McFarland. Aprovechando que ya reseñé su anterior Dark Divine (2017), no he querido dejar pasar la oportunidad de analizar esta nueva entrega del ahora cuarteto americano, y es que en este tiempo se ha producido la salida de la formación de su batería Greg Diamond, siendo Isaiah Perez, de la banda Phinehas, el encargado de grabar las pistas de percusión del nuevo álbum.
A estas alturas, el principal valor de LIKE MOTHS TO FLAMES reside en su no evolución. Cuando escuchas No Eternity In Gold sabes exactamente qué es lo que te vas a encontrar; pura nostalgia al recordar aquella época no tan lejana en la que el nuevo metalcore hecho por y para jóvenes despuntó con bandas a su vez tan dispares como Bring Me The Horizon o Parkway Drive, quienes como la mayoría de esa hornada acabaron por hacer evolucionar su sonido en una dirección u otra. Sin embargo, LIKE MOTHS TO FLAMES, quienes llegaron un poco más tarde, se han agarrado a ese sota, caballo y rey tan característico basado en melodías azucaradas y breakdowns, llevando la contraria a lo que hacen ahora las bandas más veteranas de esa generación.
Así pues, No Eternity In Gold es, por un lado, ese disco genérico que sientes que ya has escuchado interpretado por varias bandas, pero que a su vez tiene los elementos y la personalidad necesarias para enganchar. La combinación mágica entre buenas melodías y mala baba según toque sigue dando buenos resultados. Además, ataca con más dureza que su predecesor Dark Divine y en general da la sensación de ser un álbum más trabajado que este último.
Por todo esto, en general, todas las canciones de No Eternity In Gold siguen una dinámica muy similar. No esperes sorpresas porque no las va a haber, ya que hay un patrón con el cual LIKE MOTHS TO FLAMES se sienten muy cómodos y es sobre el que han basado su trabajo. Destaca una gran producción que también mejora la del disco anterior, haciendo brillar temas como Habitual Decline, A Servant Of Plague o Selective Sacrifice. También se observa cierta evolución hacia un coqueteo con el deathcore en algunos tramos, lo que evidencia el endurecimiento de los riffs. Y, por supuesto, no fallan los estribillos melódicos y pegadizos como un chicle en un zapato.
Estamos ante un trabajo que ante todo da lo que promete: metalcore genérico de la nueva escuela con un sonido a caballo entre Memphis May Fire y Of Mice & Men, ese que evoca a las zapatillas Vans, los pantalones pitillos, a los flequillos, al Warped Tour… El mismo sonido que para muchos quedó en el pasado, que atrajo a muchos jóvenes al metal y al hardcore hace una década, pero que sigue teniendo su público, sobre todo en Estados Unidos. No Eternity In Gold es un disco que puede entrar como la seda o resultar monótono, pero sobre todo es un álbum que alimenta la nostalgia.
Tracklist
1. The Anatomy Of Evil
2. Habitual Decline
3. Burn In Water, Drown In Flame
4. Fluorescent White
5. God Complex
6. YOTM
7. Killing What’s Underneath
8. A Servant Of Plague
9. Demon Of My Own
10. Selective Sacrifice
11. Spiritual Eclipse
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