
Fotografías cedidas por Fran Cea y Z Live.
Fueron muchos los meses de espera y de incertidumbre tras un verano de sequía en cuanto a festivales y música en directo. El pasado verano de 2020 fue el Zlive uno de los festivales que, lejos de darse por vencidos y quedarse de brazos cruzados esperando, decidieron hacer una edición en formato reducido de su festival, en el cual contaron con grupos como Mägo de Oz entre otros, dándonos así un balón de oxígeno más que necesario a todos aquellos que ansiábamos poder volver a disfrutar de nuestra amada música en directo.

Fotografías cedidas por Fran Cea y Z Live.
Y como no podía ser de otra manera, este año siguieron luchando contra viento y marea, para poder celebrar la que seria la… ¿VI? Edición de este ya emblemático festival en el entorno de Zamora. Así que tras meses de espera y trabajo, siguiendo al pie de la letra las normativas vigentes, ¡por fin llegaba el día de darnos cita en el auditorio Mar de Plata de Zamora! A pesar de ser esta edición limitada en septiembre en vez de en agosto cuando se suele celebrar el festival, disfrutábamos en Zamora de un día soleado y cálido. Llegando al recinto poco antes de la apertura de puertas, veíamos una larga cola de camisetas de calaveras, chupas de cuero, y cadenas, pero sobretodo de caras de felicidad por poder volver a celebrar junto a amigos cercanos y allegados de nuestra pasión que es el metal.

Fotografías cedidas por Fran Cea y Z Live.
Cumpliendo las medidas sanitarias vigentes, entrábamos al recinto en el cual a la entrada un miembro del staff te asignaría la que sería tu silla para todo el festival. Una vez todos acomodados, sobre las 16:50 con una solana de 34 grados que nos pegaba en la cabeza entre paraguas y gorras… saltaban a las tablas NOCTURNIA, con su power metal melódico y su nuevo frontman a las voces, Kike Fuentes (Epicurea, Bitátora), sin dejar indiferente a nadie con sus altos registros vocales. Sonaron temas entre otros como Siempre hay un lugar, o En busca del tiempo. Se nos hizo corto que una banda con más de 20 años a sus espaldas como ellos solo tuvieran 30 minutos de actuación. Sonaba entonces Cenizas para poner el broche de oro a su actuación, dejando paso a los Madrileños MEGARA con su fuxia metal saltaba al escenario la imparable Kenzy, acompañada del resto de la banda y sus logrados estilismos, contando además con sus acompañantes bailarinas que pasaron de ser conejos de Alicia en el País de las Maravillas a villanas disparando billetes y caramelos, con una Kenzy a tope de energía sin dejar de animar al público.

Fotografías cedidas por Fran Cea y Z Live.
A pesar de no poder levantarnos de las sillas nos hicieron disfrutar con temas como Esclava del aire, o Aquí todos estamos locos, o el maravilloso cover de Birdy Alas, la cual sonó muy bien. También incluyeron en el repertorio Ni contigo ni sin ti, de la cual se estrenaba el videoclip un par de días antes, y no podían faltar temas como Truco o trato. Sin duda son una banda que los conozcas o no, no te dejan indiferente.

Fotografías cedidas por Fran Cea y Z Live.
Llegaba el turno ahora de DUNEDAIN que arrancaba con A un paso del cielo, a pesar de que un problema técnico dejó el micro de Tony sin sonido en las primeras dos canciones, ante un público impaciente, finalmente se solucionó el problema y con ovación del público pudimos escuchar la voz de Tony junto a Carlos justo para Vuela, en la cual el público ya explotó en éxtasis y las frágiles patas de plástico de las sillas empezaban a tambalearse. Difícil permanecer sentados en temas como Por los siglos de los siglos o Vuela, o la coreada por el público Unidos, sin duda son una banda con un directo muy trabajado y muy bueno y con un carisma especial. También nos dieron una buena capa de cera con Por los siglos de los siglos y despidiéndose con la mítica Corazón de invierno, la cual el público entregado durante todo el concierto no paró de alzar sus manos y cantar a pesar de que las mascarillas nos quiten decibelios. En ese momento se les escuchaba con toda la fuerza, incluso siguieron cantando una vez la música terminó y la banda se despedía agradeciendo el apoyo y emocionados por la acogida.

Fotografías cedidas por Fran Cea y Z Live.
Ya con el sol cayendo, y dejándonos respirar un poco, llegaba la hora de ANGELUS APATRIDA, la banda albaceteña que sube como la espuma. Hoy venían a deleitarnos con su potente trash metal, el cual se dificultaba por el hándicap de estar sentados, todo y así no faltaron cabezas volando a ras de suelo con temas como Rise or fall o Bleed the Crown, y entre contagiosos riffs de David, y luces y bocadillos de tortilla que ya empezaban a llegar a las mesas. Sí, sin duda es atípico ver a grupos como ANGELUS APATRIDA sentado, y cenando… pero son tiempos de cambios, y no nos toca de otra que aceptarlos y cumplir para que eventos como este se puedan seguir celebrando.

Fotografías cedidas por Fran Cea y Z Live.
Llegando al final de su actuación sonaba You are Next despidiéndose así de su fiel legión de seguidores y dejando paso al plato fuerte de la noche con la llegada de TARJA TURUNEN, la cual desencadenó ovaciones y lágrimas desde el minuto uno. Este ha sido uno de los conciertos más emotivos a los que he asistido de ella, quizás por el echo de estar sentados, podíamos empaparnos de cada nota y de cada melodía más que de costumbre, fue una actuación épica e impoluta con una energía vibrante de TARJA con su público en temas como Dead promise. Pero fue cuando ella dice en su logrado castellano, que íbamos a viajar 16 años atrás en el tiempo, cuando todos sabíamos que se avecinaba tema de su época en Nightwish. Solo hizo falta sonar la primera nota de Nemo para que se desatase la energía de todos los asistentes coreando la canción, retirándose después del escenario para ceder todo el protagonismo a sus grandes músicos, los dejó tocando solos unos minutos deleitando nuestros oídos.

Fotografías cedidas por Fran Cea y Z Live.
Diva se nace, no se hace, dirían, y es el caso de esta gran cantante que con su sobriedad y saber estar nos deleitó también con temas como Falling Awake o la emotiva Inocence, llegando otro momento álgido de la noche con Over the hills en la cual cabe destacar la anécdota de que justo al empezar tuvieron que parar por un supuesto error de los músicos a lo que ella dijo “oh…no se la saben, quizás vosotros sí que la sabéis mejor que ellos?” Volvieron a empezar de nuevo, y sin duda el púbico coreó y bailó sentados la enérgica versión de Over the hills, echando el último aliento cuando llegaba el final de esta dorada actuación con Until my last Breath, dejándonos una demostración de elegancia en MAYÚSCULAS.

Fotografías cedidas por Fran Cea y Z Live.
Como todo lo bueno llega a su fin…era la hora de poner el broche de oro a este maravilloso día cargado de emociones un poco reprimidas, pero sin duda disfrutadas, y para que no nos fuéramos tristes llegaban LÈPOKA, unos ya asiduos al festival con su contagioso y alegre folk metal, con sus habituales indumentarias, que por suerte a esas horas ya se agradecían más que a pleno sol de esta tarde. Nos presentaban su último trabajo El baile de los caídos. Ante la atenta mirada de los guardias de seguridad, costaba mantener el culo en la silla con temas que invitan tanto a bailar y saltar como Beber para caer o la conocida Yo controlo, para la que pedían los coros del público, entre cervezas y folk metal, ¡¡quedó tiempo hasta para una pedida de mano!! Sí sí, como lo lees, se produjo un parón en el que una pareja subió al escenario para pedirse matrimonio, propuesta que fue afirmativa.
Ante un agradecimiento del chico y un “¡¡¡que os folken!!!” Seguimos con temas como Beber para creer entre otros, y ahora sí llegó la hora de la despedida. Con el público levantándose para abandonar el recinto dejaron sonar una versión de Yo quiero bailar de Sonia y Selena, para desconcierto de los allí asistentes, pero no os hagáis los duros, porque camino a la salida todo el mundo se iba bailando la citada versión (risas).
Sin duda son tiempos complicados para todos los sectores, y en especial para la música en directo, por suerte seguimos contando con organizaciones como la del Zlive que siguen dejándose los sesos para ofrecernos estos balones de oxígeno en forma de música que tanto necesitamos, cabe destacar el buen trabajo de todo el equipo, desde organizadores, a staff, camareros que se movían como lagartijas entre las sillas para ofrecernos todo lo necesario, servicio de limpieza en baños a cada rato. Sin duda ¡un trabajo de 10 por parte de todo el equipo! Solo nos queda agradecer y esperar que en el 2022 en la que sería la séptima edición del Zlive siga creciendo y podamos por fin volver a disfrutar del metal como más nos gusta que es compartiendo, bailando, y ¡brindando con todos vosotr@s!