El pasado viernes se daban cita los bilbaínos RADIOCRIMEN y los malagueños LONCHA VELASCO en un encuentro donde todos los influjos nostálgicos del séquito sediento de música en directo se vieron satisfechos. En una remembranza de ‘antigua normalidad’, la Sala Trinchera de Málaga conseguía un aforo casi completo a golpe de pogo y letras combativa con un repertorio purgante perfectamente elegido por ambos protagonistas de la noche.
Los primeros en salir al ruedo fueron en esta ocasión el equipo visitante, que una vez más, dejaban de manifiesto su amplia experiencia sobre las tablas. RADIOCRIMEN se subía al escenario para desatar las tormentas musicales clásicas que siempre refulgen como son: Amar Mata, Mátame, Contenedores o Los Chicos ya no Quieren Llorar, coléricamente vitoreada por todo el público mientras Txarly hacía gala de su elegancia homicida bajo los focos hasta terminar a pecho descubierto entonando algún que otro tema desde la escalera superior.
Este ejercicio de preeminencia también inundaba la puesta en escena de los temas más recientes como Restos de Metralla , uno de los himnos de su último disco que salía el año pasado, o Miss Dinamita, también coreada al unísono por todos los asistentes. RADIOCRIMEN dejaron claro que son la viva radiografía del punk más resistente, gracias también a su palpable cercanía con el público y la pureza que derraman en cada tema.
Les seguían los autóctonos LONCHA VELASCO de inclinación más urbana y hardcore, con líneas de rap, rap-metal y una lírica y actitud blasfema y satírica que recogía el relevo punk de los últimos diapasones de sus compañeros de cartel. Su vocalista Rafa parece no haber seguido la estela de Sansón y es que fue unos de los directos de más remarcada potencia, sin tácticas dilatorias, y donde la energía de todos los integrantes del conjunto se hacía tangencialmente presente. Algo que conseguía contagiar al público y marcarse un wall of death de extremo a extremo de la sala a mitad de concierto.
LONCHA VELASCO que está de reciente lanzamiento con su tema En el fondo es por la Pasta también tiraba de clásicos que todos sus seguidores conocían como Siria o por otro lado, poniendo el tono humorístico a la noche Mi abuela se ha hecho Tinder. Los malagueños también se mostraron más que cercanos con su público, involucrándolos en cada tema, así se sucedían los coros de la cover de MOLOTOV, Puto, que conseguía hacer el énfasis crítico en el carácter espectral de ideologías del pasado mientras todos los asistentes gritaban ”matarile a los de vox”.
El directo de LONCHA VELASCO también logra su dinamismo con las múltiples colaboraciones que les acompañaban tras la valla metálica como Alex de Modermain o Zequione de Caos Day, haciendo que no puedas apartar la vista de ellos ni un segundo.
En definitiva, una noche que con dos padrinos de categoría y con los dedos cruzados, esperamos que sea el pistoletazo de salida para el resurgir de la escena en directo.