Andalucía es tierra de creadores, tierra de culturas y de fusión, donde el flamenco y el rock andaluz encuentran su cuna, donde Paco de Lucía y Jesús de la Rosa reposan y nutren de talento cada poro de libertad. De este bendito germen, emergen con actitud creativa y experimental decenas de bandas que tienen la mirada puesta en el pasado pero con esencia futurista como DMBK, BOURBON, HÍBRIDO, GRANDE CRUZ… y por supuesto la banda que hoy nos atañe: PLASTIC WOODS y su nuevo trabajo Dragonfruit, editado por Spinda Records, The Braves Records, Discos Macarras, Violence in the Veins, Quebranta Records y Gato Encerrado Records.
Desde Antequera (Málaga), el trío formado por Jesús de la Torre (guitarra, flauta travesera, voz), Antonio Muriel (bajo, coros) y Javier Rubio (batería, percusión), crean una música tan setentera como el rock progresivo, la psicodelia y el jazz, en la que entremezclan elementos de la tierra como el flamenco y el rock andaluz de Triana, tintes anglosajones y americanos que recuerdan a Kansas, The Doords o The Beatles, esa flauta travesera esencia del maestro Jethro Tull… son tantas las referencias que no acabaría nunca y es que este álbum lo forman seis entes individuales que caminan por sí solos pero que unidos recrean un viaje a través de los sentidos y las emociones, ganando enteros con cada escucha.
Y antes de meternos en el aspecto sonoro, tenemos que remarcar a ese elenco de músicos que les apoyan y colabora con ellos amplificando aun más el ideario colectivo de PLASTIC WOODS, Antonio Campos del Pino de Red Eye en la guitarra flamenca, palmas y jaleos, Irene Veredas en el violín, Miguel Ángel Robles Urquiza en la trompeta, Carlos Mesa García al saxo e Isaac Pascual Godoy al piano y sintetizador. Teniendo como dato final los estudios Ravira at Green Cross Studio de Málaga y la masterización en Kadifornia, con artwork de Fernando Luque Cuesta. Y es que todo cuenta en este álbum, hasta el más mínimo detalle.
Dragonfruit es toda una odisea en sí misma, agresiva, contundente, psicodélica, progresiva, un cóctel molotov que explota en tu mente y abre este álbum con una “fruta de moda” y exótica, que esconde en su interior un placer que no se puede describir, además de contener esa parte con tintes arabescos en su parte final, un inicio de lujo.
Con The Calling nos llevan hacia otra dimensión, esa vertiente anglosajona y americana de la hablábamos, con un desarrollo rockero y neofolk que hipnotiza desde los primeros compases, tanto en voz como en instrumentación, hasta que llega a su parte central y tus neuronas hacen “boom”. Prepárate para sentir la psicodelia en estado puro, con una percusión progresiva que es una delicia, un bajo y una flauta travesera que hacen de las suyas y unos arreglos brutales, pura energía y vibración cósmica.
Dreamland es intimista pero bailable, como si fuera surgida de la mentalidad de Mike Patton en una paradisíaca cala motrileña, mientras ingleses ataviados elegantemente pasean por el Torcal al sol de mediodía para montar un picnic bajo El Indio.
Con Storm me vino a la mente Kansas y su Dust In The Wind, elegante y ensoñadora, corta y eficaz, un tema repleto de belleza y sutileza, que se ve atropellado por su sucesora Close To The Void, enérgica y efusiva, un cabalgar bajístico, que se implementa con los vertiginosos ritmos rockeros y punkarras británicos, un Motörhead desatado, un Belfast a punto de estallar que completa esta bomba hasta su parte final más doom y machacona.
Por último, encontramos la joya del álbum, Sulayr, en la que nos quedamos en nuestra tierra, musicalmente hablando, para adentrarnos en un corte atemporal, dinámico y repleto de matices andaluces, desde el idioma, esta vez cantada en castellano, los aderezos trianescos y flamencos engalanan sus bellos balcones con un rocío tan ligero y brillante como el olor a jara y las reminiscencias que te llevan a la infancia. Un tema que me recordó a esa obra magna que hizo Triana con Hasta volver, donde sus más de 12 minutos se transforman en atemporales y a pesar de llevar ya más de 40 años compuesta es tan actual como avanzada lo era en su época. PLASTIC WOODS hacen lo mismo en pleno siglo XXI, una vista atrás para dejarnos el pasado en el presente y que será futuro, con una bella guitarra flamenca y con casi 11 minutos para deleitarse una y otra vez. Uff… ¡qué discazo señores!
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Tracklist
1. Dragonfruit
2. The Calling
3. Dreamland
4. Storm
5. Close To The Void
6. Sulayr