El pasado sábado la gira de los malagueños LONCHA VELASCO, «Vuélcalo TO’UR»,  y la de los valencianos LOS DE MARRAS, «Peligro», confluían en la Sala Trinchera de Málaga, que se veía generosamente concurrida incluso siendo reciente la anterior parada de sus paisanos. Así, con bastante puntualidad la escaleta se cumplía y como si de animales con su hábitat natural en el escenario se tratase, LONCHA VELASCO aparecía bajo los focos para demostrar algo de lo que no teníamos duda, y es que de nuevo dieron un espectáculo impecable.

 

 

Los LONCHA VELASCO juegan a caballo ganador en la ejecución de cada tema. Metiendo caña desde el primer momento y contando con el carisma de todos los integrantes, consiguen que el directo sea infatigable ayudados por varios cambios de vestuario y la ya clásica y coreografiada trasmutación de su DJ, Canijo, en octogenaria en Mi abuela se ha hecho Tinder , o de su vocalista Rafa en rey en En el fondo es por la pasta.

 

Desde el punto de vista musical, los potentes riffs que consiguen la base de rap metal y las ideas eclécticas que construyen su vertiente punk, se ven apoyados también por la gama cromática de las voces. Sobre el pelaje gutural se alza un más agudo falsete de brío y frescura que hacen la propuesta única.

 

 

Por su parte, desde Valencia bajaban a tierras sureñas LOS DE MARRAS para promocionar su último disco Peligro esperanza. Poniendo el toque reflexivo y la cota de sensibilidad a la noche, su directo se sucedió con una honestidad brutal que sin duda han abanderado durante toda su larga trayectoria.

 

LOS DE MARRAS demuestran este recorrido sobre las tablas también en la complicidad y buen rollo de la que hacen acopio en el escenario y que se transmite a todo el que les ve. Como siempre, demostraron un cariño inmenso a su público y lo que ha supuesto este séptimo disco, del que destila una naturaleza inalterablemente optimista en el que cada letra se aferra valerosamente a su apostura esperanzada.

 

 

 

Una vez más LOS DE MARRAS hicieron gala también de su compromiso social y en un ejercicio de entelequia ambos grupos protagonistas de la noche se juntaron para demostrar que mientras el mundo se estratifica, la música sigue uniendo en un único himno.

 

 

Autores:

Redactora y fotógrafa

 

Rocío Álvarez