Aprovechamos los días de descanso entre los dos findes musicales para hacer algo de turismo por Francia. Era una oportunidad única que aprovechamos dirigiéndonos al norte, a la zona de Normandía. En las costas de Normandia tuvieron lugar algunas batallas fundamentales en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y decidimos visitar algunas playas y monumentos a los caídos.
Vimos las playas conocidas como Omaha y Utah, bunkers, museos y, lo más sobrecogedor, un par de cementerios dedicados a los combatientes alemanes y americanos. Mientras que el cementerio alemán muestra toda la sobriedad de este pueblo y en cierto modo la vergüenza de haber desencadenado una guerra de semejante tamaño, el cementerio americano es un orgulloso tributo a sus soldados, personas que lucharon por los habitantes de otro continente y dejaron su vida a muchos kilómetros de su hogar.
Tras este viaje en el tiempo, regresamos a Clisson para disfrutar de la segunda parte del festival.
El jueves 23 de junio era un día raro, ya que el festival empezaba mucho más tarde de lo habitual, a las 15:30. En este día se iba a realizar un homenaje al difunto Lemmy Killmister con la presentación oficial de una nueva estatua en su honor. Para que ese tributo fuera más completo, durante la jornada estaba prevista la actuación de sus excompañeros en Motörhead, Phil Campbell y Mikkey Dee.
La jornada comenzaba con PHIL CAMPBELL & THE BASTARD SONS en los escenarios principales. El grupo formado por Phil Campbell cuenta con él a la guitarra y sus tres hijos, Todd, Tyla y Dane, a la guitarra, bajo y batería respectivamente. El único elemento ajeno a la familia es su cantante Joel Peters. El concierto fue un tributo a Motörhead con todos los temas siendo versiones de la banda de Lemmy. Born to raise Hell, Ace of spades, u Overkill volvieron a sonar una vez más en Clisson.
No tuvimos que movernos demasiado para ver a TYLER BRYANT & THE SHAKEDOWN. Si no lográis ubicarles hacen un fantástico hardrock con toques blues, los fans de Sons of Anarchy debéis haber escuchado su House on fire. La banda no se limita a tocar sino que intenta dar algo más como cuando Tyler se bajó al foso a tocar junto al público o cuando el batería Caleb Crosby se cogió un tambor para acabar la actuación en la parte delantera del escenario.
El siguiente concierto que vimos fue el de los estadounidenses THE LAST INTERNATIONALE. La banda comandada por Delila Paz y Edgey Pires dio un gran espectáculo con una Delila desatada que lo mismo se tiraba sobre el escenario que se ponía a hacer crowdsurfing sin dejar de cantar, como en Soul on fire. Esa entrega fue recompensada por el público que pareció disfrutar enormemente.
El cartel de los escenarios principales estaba bastante enfocado a los fans del hard rock y el heavy metal más clásico. A continuación era el turno de uno de los abanderados de este tipo de música, los ingleses UFO que están cerca de celebrar ya su 55º aniversario. Su actuación me pareció para olvidar, sin apenas lograr que el público se implicara permaneciendo bastante pasota. Doctor, doctor, el cierre de su actuación fue de lo poco que despertó a los espectadores.
El guitarrista STEVE VAI fue el siguiente en salir al escenario para dar una clase magistral de guitarra, presentarnos algunos temas de su último disco Inviolate (2022) y enseñarnos una pequeña muestra de su colección de guitarras, aunque sin mostrarnos una de las más espectaculares, su hydra de tres mástiles. Personalmente, este tipo de conciertos se me hacen pesados y por las caras del público me parece que no fui el único que acabó aburriéndose.
El siguiente grupo en salir fueron los WHITESNAKE de David Coverdale, en su supuesta gira de despedida. Ya sabéis que esto de las giras de despedida casi nunca es cierto, así que no me lo acabo de creer. Coverdale está ya muy limitado a nivel vocal y tiene que recurrir a los trucos típicos como tener varias voces de acompañamiento, acercar el micro al público, o incluir varios solos en la actuación para descansar y rellenar tiempo. En cambio su batería Tommy Aldridge parece estar en plena forma realizando incluso un solo de batería apañadete.
Vivimos un gran momento cuando se les sumó Steve Vai al escenario en la parte final de la actuación. No hay que olvidar que Vai formó parte de Whitesnake un par de años y como dijo Coverdale “Once a snake, always a snake”. Con él interpretaron Still of the night.
HELLOWEEN es otro de esos grupos de sonido clasicote que estaban programados para esta jornada. La banda parece haberse revitalizado gracias a ese Pumkins United en el que Michael Kiske y Kai Hansen han vuelto a la banda para alternarse a la voz con Andi Deris. Había mucho público presenciando el espectáculo pero el sonido y tal vez la selección de temas no fue la idónea.
A continuación era el turno del cabeza de cartel de la jornada, los alemanes SCORPIONS que cuentan con Mikkey Dee a la batería desde 2016. Decidimos retirarnos de ese escenario en los primeros temas por lo que no vimos el posterior homenaje que protagonizaron Mikkey y Phil Campbell hacia su añorado compañero Lemmy.
Vimos algún tema suelto de RISE AGAINST antes de dirigirnos con tiempo a la carpa del Valley. Queríamos ver a JERRY CANTRELL desde bien cerca. Una vez situados en segunda fila esperamos pacientemente a que se apagaran las luces para recibir a Cantrell acompañado entre otros de Greg Puciato (excantante de The Dillinger Escape Plan) y Tyler Bates (autor de la BSO de John Wick por citar la más conocida).
Me sorprendió la cantidad de canciones de Alice in Chains que pudimos escuchar, un total de 10, que fueron muy bien recibidas por los asistentes. Them bones, We die young, Man in the box, Would? or Rooster sonaron bastante fieles a cómo se grabaron originalmente. Acabó siendo el concierto que más me gustó de la jornada.
A continuación tenéis la visión de Jaime sobre su jornada festivalera
El jueves volvimos a la carga con las pilas más o menos cargadas después de disfrutar unos días en buena compañía con todos los amigos de la acampada.
El día de hoy se planteaba tranquilo, aunque amenazaba con algo de lluvia. Nos tocaba cruzar los dedos y que no lloviese mucho… realmente hoy había poco apuntado, pero lo que tenía, era de calidad.
Aunque suelo comenzar la jornada en el Valley, esta vez no, decidí empezar por el Temple, donde actuaba CROWN, una de las bandas a las que les tenía ganas, ya que su último disco The end of all Things es una maravilla, pero en directo no fue tanto como esperaba. No sé, les faltaba algo, potencia, carisma … cojearon por todos lados, ¿qué pasó? Así que me limite a dispararles unas instantáneas y seguir mi camino hacia el Main.
En el escenario principal 1 actuaba una de estas bandas míticas que siempre pisan los grandes escenarios de Hellfest, THUNDER. Aprovechando que aún no estaba muy saturado ese escenario, me acerqué a verlos un rato y dejar constancia con mi cámara. Es una de esas bandas que si puedes, por favor, vete a verlas, pues Danny Wolves y los suyos siguen estando en buena forma y parece que aún les quedan algunos kilómetros para colgar las guitarras y seguir repartiendo buenas dosis de hard rock.
Ya avanzada la tarde me volví al Temple. En este caso tenía interés en 4 bandas, de las cuales ya había visto a 3, pero son de esos grupos que no me canso de ver, y seguro que vosotros tampoco.
Salieron al escenario los alemanes THE RUINS OF BEVERANTS, banda que tenía mucha curiosidad por ver, ya que muchos amigos míos son seguidores y yo los conocía de paso. Con 6 discos a sus espaldas, comenzaron con Ropes into Eden, perteneciente a su último trabajo. doom y black metal a partes iguales, fue con lo que los Ruins se encargaron de amenizar los casi 45 minutos de directo que tenían programados sobre la palestra. Un concierto bien ejecutado, pero que a un servidor no le impresionó especialmente.
Ahora sí, una de las bandas que pasó por el Temple, que me dejó con la boca para un lado y el culo roto (perdonen ustedes la vulgaridad, pero así fue) con la potencia e intensidad de su directo, fue el proyecto del suizo-americano Manuel Gagneux, ZEAL AND ARDOR. Esta era la segunda ocasión en que veía a Gagneux y los suyos. Su propuesta mezcla música negra y black metal. Dispusieron de casi 60 minutos, en los cuales tuvieron la oportunidad de presentar temas de su último trabajo como Church Burns, Götterdämmerung, o Run. Por supuesto hubo tiempo para algunos de sus grandes clásicos como Devil is fine o Blood In the River. Una hora de auténtica intensidad que disfrutamos todos los presentes y que nos tocaba asimilar antes del siguiente concierto.
Más tarde y en ese mismo escenario le tocaba a los islandeses SOLSTAFIR. No voy a decir las veces que he visto a Addi y al resto de la banda sobre un escenario, pero son unas pocas y nunca me han defraudado, tanto en una gira como en un festival. Se me pasan por la cabeza varias palabras cursis para describir a esta gran banda: maravillosa, espectacular,… pero todas llegan a lo mismo, son una auténtica gozada para los oídos. En 1 hora de concierto demostraron que están donde están por algo. Le pegaron un repaso fugaz a sus 3 últimos discos. Contaron con un sonido impecable para hacer gozar a los presentes y ser partícipes de semejante espectáculo, sonando varios de sus mayores éxitos como Otta o Fjara. Así nos la gozamos como auténticos locos.
Cerraron el escenario Temple, Maria Franz y su gran banda HEILUNG, grupo de culto al misticismo y la tradición vikinga. HEILUNG dio uno de los mejores y más vistosos conciertos de los que ese día tuvieron lugar en las carpas de Hellfest. Folk metal y tradición a partes iguales es lo que transmite la banda en sus directos, todo ésto lleno de vistosos atuendos al más puro estilo Vikings, guerreros con cánticos para ir a la guerra, canciones acompañadas por elaboradas danzas y rituales vikingos …. un sin parar de teatralidad, acompañado por un sonido espectacular. Nos cautivó a cada uno de los presentes.
Estando en el Temple es inevitable darse algún paseo por el escenario vecino, el Altar, ya que por él también pasan bandas con mucho carácter y de un nivel grandísimo, como fue el caso de TRIBULATION, formación que, por una cosa u otra, aún no había tenido la oportunidad de ver en directo, y la verdad es que fue una gozada. Johannes, Oscar, Adam, y Joseph no me defraudaron en absoluto ni a mí ni a todo el público aglomerado en la carpa. Temas como Melancholia o The Lament dejaron muy claro que esta banda es uno de los referentes en lo que a doom/black/gothic se refiere. Con una bonita puesta en escena, sin mucha parafernalia, pero sí con un ligero corpsepaint y algo de escenografía, dejaron claro que no hace falta mucho más para dar un concierto de 10.
Otro de los conciertos a destacar del Altar, fue el que se marcaron los griegos SEPTICFLESH. Para mí son, sin duda alguna, una de esas bandas que dentro del género no necesitan presentación, ya que es sinónimo de calidad, Una apuesta segura.
Spiros Antoniou, y el resto de la banda saben cómo ejecutar una grandísima actuación, y hacer que el público flipe. En esta ocasión optaron por rescatar temas de sus grandes álbumes Communion, Codex Omega y The Great mass (además de presentarnos 3 temas de su última publicación, Modern primitive). Dieron uno de los mejores recitales de death metal sinfónico, haciendo retumbar el suelo con himnos como Portrait of a Headless Man, The Vampire from Nazareth o Dark Art con el que cerraron su espectáculo.
Este día vi pocas actuaciones en el Valley, únicamente a dos grupos, pero como dice el refrán, más vale poco y bien que mucho y mal.
Uno de los conciertos fue el de los suecos LOWRIDER. Llevan más de 30 años sobre los escenarios pero solo 2 LPs y 3 EPs en todo este tiempo, convirtiéndose en una de esas bandas de culto en su género. Este fue su segundo paso por tierras de Hellfest. En 50 minutos dieron un repaso a sus dos álbumes Reflections y Ode to Lo, haciendo vibrar a toda una carpa sedienta de una buena dosis de fuzz y stoner, Ol’ Mule Pepe o Dust Settlin fueron algunos de los temas con los que vibramos todos juntos en el Valley.
El otro concierto fue el de los franceses HANGMAN’S CHAIR. Como siempre, cuando una banda es buena y encima juega en casa, el éxito del show está asegurado. La carpa entera coreaba sus canciones como grandes himnos. Cédric Toufout y los suyos también venían presentando disco, A Loner que acaba de salir en este 2022. Conciertazo de rock stoner con toques doom. An Ode to Breakdown, Cold & Distant o Who Wants to Die Old fueron algunos de los temas del nuevo álbum que sonaron en sus casi 50 minutos de actuación.
Para cerrar el día tocaba pasarse por uno de los escenarios principales, para poder ver al señor Einar con su banda WARDRUNA. Es otro de esos grandes proyectos que no necesitan presentación, con una escenografía muy simple, enfocada para el disfrute de un espectáculo donde Einar recupera y logra transmitir eficazmente canciones tradicionales de sus ancestros vikingos. Pureza pagana, con letras en noruego y antiguos idiomas vikingos, cantando grandes gestas, batallas y ritos paganos, todo ello ejecutado con instrumentos propios de aquella lejana época.
A medida que el ritual iba avanzando y con un silencio muy respetado por un público que sabía lo que iba a ver, íbamos entrando en sintonía con la banda, haciendo comunión con ellos y llegando casi al trance con piezas como Heimta Thurs, Skugge, Kvitravn o Helvegen tema que sirvió para poner punto y final a 1 hora de folclore nórdico.
Tocaba retirarse y como siempre, comentar las mejores jugadas con mis compañeros de acampada .