Sin comerlo ni beberlo, nos plantamos en la última jornada del festival habiendo sobrevivido a la peor ola de calor y a las mayores lluvias en la historia del festival. El festival comercializó esa jornada unas camisetas con las palabras finisher y Hellbanger survivor para los supervivientes.

 

Nos plantamos dentro del recinto del festival para ver al grupo que más km había recorrido para estar allí, los jovencísimos neozelandeses de ALIEN WEAPONRY.

 

 

El trío comenzó con una haka antes de dar caña con temas de sus dos discos, como Kai tangata de (2018) o Tangaroa, del disco de igual nombre publicado el año pasado. Fue un buen concierto para abrir la jornada.

 

A continuación, nos movimos de escenario para ver la segunda presencia de nuestros paisanos en Hellfest. Si aquella vez, en 2014, actuaron los primeros de la jornada, en esta ocasión los albaceteños ANGELUS APATRIDA actuaron a las 13:25 aproximadamente como mayor prueba de lo que han crecido en todos estos años. Ante una cantidad considerable de gente realizaron una muy convincente actuación que les llevó a ganar un buen número de fans, estoy seguro. Guillermo se movió por la pasarela del escenario, como si la hubieran puesto para ellos mientras descargaban trallazos nuevos como Bleed the crown o más viejos como es el caso de Give ‘em war.

 

 

 

Muy buena actitud de los Angelus demostrando unas ganas enormes de comerse el mundo. Estoy seguro de que les volveremos a ver en Hellfest ocupando un lugar todavía más destacado en el cartel.

 

Aprovechamos para comer y descansar un rato antes de volver a la zona de los escenarios en los que ya se encontraba TAGADA JONES sobre el escenario. El grupo de punk francés es toda una institución, con casi 30 años a sus espaldas. Al igual que Crisix, participaron en Hellfest from home y en la gira Warm Up del festival por toda Francia, de ahí que tengan buena relación, que Job, batería de los Tagada, echara una mano a Crisix en su actuación y que los Crisix hicieran acto de presencia cerca del final de la actuación de sus colegas bretones.

 

En varios temas contaron con el grupo de percusionistas Les Bidons de l’An Fer que aporreaban unos barriles colocados a tal efecto en el escenario haciendo que las canciones mejoraran bastante. Estos temas fueron: Le dernier baril, Vendredi 13, Nation to nation y la festiva Mort aux cons con la que cerraron el espectáculo.

 

 

A continuación recibimos en el escenario #1 a la banda californiana UGLY KID JOE, en su segunda presencia en el festival. La actuación incluyó, como no podía ser de otra manera, sus 2 temas señeros, Cat ‘s in the cradle y Everything about you, pero sorprendentemente no finalizaron con ninguna de ellas. Escogieron para ese fin una versión de Ace of spades. El recuerdo a Lemmy/Motörhead no se quedó ahí también incluia el parche del bombo que mostraba una mezcla de las mascotas de ambos grupos, Snaggletooth con el ugly kid, además de la camiseta de Lemmy que portaba Whitfield Crane.

 

 

 

Con BULLET FOR MY VALENTINE ocuparon las primeras filas gente más joven seguidora de esta banda galesa. El repertorio fue muy variado incluyendo solo un par de temas de su último trabajo mientras le daban un repaso a las canciones más populares entre los fans logrando que estos permanecieran enganchados todo el rato. Tuvimos temas de todas sus epocas como Tears don’t fall de su disco debut, The poison (2005),  Your betrayal del Fever (2010), Piece of me del Gravity (2018) o el más reciente Shatter de su Bullet for my Valentine (2021).

 

 

Después viajamos hasta Gotenburgo (Suecia) de la mano del quinteto AVATAR en la que el histrionismo y teatralidad de su cantante Johannes Eckerström reclamó gran parte de la atención. Tampoco había que dejar de observar a su batería John Alfredsson que lo mismo lanzaba rosas al público como se ponía a hacer bromas hacia uno de los cámaras del festival. Fue un buen concierto aunque algo deslucido por ciertos problemas de sonido que se hicieron patentes en la parte final del concierto. De la actuación me quedo con los temas Hail the apocalypse, primer tema que interpretaron, The eagle has landed y Let it burn.

 

 

 

Emprendimos el camino de vuelta a las islas británicas donde nos esperaban BRING ME THE HORIZON. La banda que empezó su carrera por las sendas del deathcore ha evolucionado con cada lanzamiento diversificando bastante su sonido con canciones más metalcore, de rock alternativo, rock y pop electrónico, etc. Tuvieron tiempo para 12 temas en los que nos encontramos las imprescindibles Can you feel my heart, Happy, Mantra y Throne entremezcladas con temas de su último lanzamiento, Post Human: Survival Horror (2020).

 

 

Oli Sykes fue un buen maestro de ceremonias, se mostró muy dinámico todo el tiempo aunque al principio no estuvo nada satisfecho con el tamaño de los circle pit y se pasó un buen rato reclamando que fueran más  y más grandes. Antes de Drown se bajó al foso a saludar las primeras filas, a abrazar a los crowdsurferos que iban aterrizando y a trolear un poco a los seguratas que le seguían

 

En la mayoría de los temas contaron con par de bailarinas que iban cambiando de vestimenta en cada tema, de robots, con EPIs amarillos, que si atuendo más sport, que si agitando banderas, que si portando pistolas de humo…

 

Tras BMTH, nos movimos al escenario #1 para ver a un tipo más heavy que el acero, Zakk Wylde, que se presentaba en Clisson con sus BLACK LABEL SOCIETY. Zakk y el resto de la banda son muy buenos músicos y se pueden tirar tocando de espaldas horas, pero el concierto me pareció bastante peñazo en su mayor parte, mejorando algo a partir de Fire it up. ¿Por qué peñazo? Porque la banda se mueve poco o nada, los solos se hacen bastante pesados y no hay apenas concesiones al espectáculo. Afortunadamente solo tocaron 1 hora.

 

 

 

 

Mientras actuaba BLS, por el rabillo del ojo, vimos que había mucha actividad en el escenario contiguo. Se estaba preparando el escenario para SABATON con multitud de sacos de arena, alambre de espino, diversa parafernalia bélica, pero, sobre todo, un tanque coronado por la batería de Hannes Van Dahl. La banda es bastante detallista e incluso los cámaras del escenario se tuvieron que poner unos monos para no desentonar con el ambiente militar.

 

 

A la hora señalada salieron corriendo al escenario Joakim Brodén, Pär Sundström (únicos miembros fundadores del grupo) junto a Chris Rörland, Hannes Van Dahl y Tommy Johansson para interpretar Ghost division, uno de los temas más redondos del quinteto sueco.

 

En un concierto de Sabaton no pueden faltar los petardos, el humo y el fuego por lo que casi desde el primer segundo tuvimos una buena cantidad de todo ello. La banda sacó también diversa parafernalia para los temas, por ejemplo en The red baron, sacaron un aeroplano que contenía un piano. Más tarde, en The attack of the dead men (canción que trata sobre unos soldados rusos que fueron atacados con gases tóxicos pero lograron sobreponerse e incluso hacer retroceder a un gran número de alemanes en la fortaleza de Osowiec durante la Primera Guerra Mundial), Joakim salió portando una máscara de gas y un lanzador de humo.

 

 

Los chicos de SABATON siempre han sido bastante populares entre los asistentes de Hellfest, pero a partir de su última presencia en Clisson en 2019, se han convertido en casi una institución. Hay que recordar que aquel año solventaron un problema muy gordo al festival cuando sustituyeron con apenas margen a los  caprichosos MANOWAR como cabeza de cartel de una de las jornadas del festival. Sabaton había tocado el día anterior en el Knotfest, pero se prestaron a tocar sin excusas a pesar de que la voz de Joakim apenas le permitió cantar siendo sustituido casi todo el concierto por Tommy.

 

 

Joakim nos recordó lo de cuando no pudo cantar y le cedió el micro a Tommy y a Chris. en un tema. Posteriormente Pär nos contó cómo sucedió lo de la sustitución de Manowar.

 

Con Primo Victoria y las imágenes que nos mostraron en pantalla rememoramos el desembarco de Normandía y las playas que habíamos visitado apenas unos días antes.

 

El concierto pasó en un suspiro y antes de que nos diéramos cuenta ya estábamos todos saltando con To hell and back, una canción que por muy festiva que suene, esconde la dura realidad de los supervivientes de los conflictos bélicos con innumerables problemas mentales y físicos. En fin, las batallas y las guerras nunca acaban con el último disparo, siempre hay algo más.

 

Tras Sabaton, la gente se desplazó y empujó para colocarse lo más cerca posible del escenario #1. Eran poco más de las 23 y el último concierto del festival iba a comenzar. Además no era cualquier cosa, era METALLICA, en su primera visita al festival. Han tardado 15 ediciones en estar en Clisson pero probablemente no pasarán tantos años para la segunda vez.

 

 

Se apagaron las luces y empezamos a ver en pantalla a Tuco correteando por un cementerio en el que apenas 2 semanas antes habíamos estado, en una especie de cierre del círculo. (Tendréis que leer nuestra crónica de la primera jornada si queréis saber de qué estoy hablando). Esas imágenes iban acompañadas de la excepcional The ecstasy of gold, del maestro Ennio Morricone.

 

 

A continuación, se encendieron las luces y pudimos ver a Hetfield, Ulrich, Hammet y Trujillo que nos dieron un tremendo latigazo con Whiplash. Siguieron con cañonazos como Creeping death y Enter sandman que por primera vez sonaban en Clisson. Con Harvester of sorrow, y Wherever I may roam, la gente se tranquilizó un poco y los empujones y apreturas para acercarse al escenario se redujeron bastante, ya se empezaba a estar bastante cómodo en la zona delantera.

 

 

 

 

 

La estupenda aunque no muy popular No leaf clover sonó a continuación ¡ojalá haber vivido en directo esos conciertos con la sinfónica de San Francisco!

 

Con Sad but true el público se volvió a reenganchar a lo que querían escuchar aunque después nos dieron una sorpresa desagradable. Hetfield nos preguntó nuestra opinión sobre St. Anger y aunque casi unánimemente se les dijo que no, no se amilanaron y nos torturaron e interpretaron Dirty window. Semejante ofensa solo se podía perdonar con dos grandes canciones como son Nothing else matters y For whom the bell tolls.

 

 

Posteriormente interpretaron Moth into flames con una llama juguetona que se desplazaba de lado a lado detrás de un Lars Ulrich que se mantuvo en su línea (interpretadlo como queráis).

 

Antes de Fade to black, Lars nos habló sobre el suicidio y sobre pedir ayuda. Con este tema y el posterior Seek & destroy volvieron a poner al público frenéticos y con ganas de dar un último viaje sobre las cabezas del resto del público.

 

 

Tras un pequeño parón, los bises fueron tres temas. Primero la rápida, aunque no tanto como solía, Damage, Inc., Después One, canción con un profundo mensaje antibelicista en el que no podía faltar el solo de Kirk Hammet. Por último, la imprescindible Master of puppets.  Esta es la canción más interpretada por Metallica en todos sus conciertos y por tanto no podía faltar en el repertorio que tenían para Hellfest.

 

 

Justo después, unos fuegos artificiales salieron lanzados hacia los cielos para cerrar la edición más grande y brillante de este festival. Aquí acababa el XV Hellfest, pero también comenzaba la cuenta atrás para el XVI Hellfest que tendrá lugar los días 16, 17 y 18 de junio de 2023.

 
 
 

Aquí está la última crónica de Jaime sobre su paso por Hellfest en 2022

 

Domingo, último día. Nos levantamos con la extraña sensación de que esto se acaba, pero sólo pensar en el pedazo de día que me esperaba, parece que reconfortaba un poco. Así que, cámaras cargadas y a ver si llegaba a ver en el Temple a una banda de esas difíciles de ver por Europa, NYTT LAND desde Rusia. Esta banda formada por el matrimonio Anatoly y Natalya Pakhalenko, venían a darnos un recital de música tradicional vikinga. Justo llegué para ver un par de temas y dejar constancia con mi cámara. Lo poco que vi fue muy correcto, la voz de Natalya, acompañada por el sonido de instrumentos tradicionales nórdicos, te transportaban a cualquier película de temática vikinga, un bonito viaje en el tiempo.

 

 

 

 

El domingo era un día de esos que te cunde mucho, ya que varias de las bandas que tenía apuntadas eran algo jodidas de ver en nuestro país. Así que, seguidamente me pasé al escenario vecino, Altar a ver a los finlandeses DEMILICH. Esta banda con solo un disco editado en el 93 y un recopilatorio con sus demos, se convirtió en banda de culto. Parecía que jamás íbamos a poder ver a esta banda en directo, pero Hellfest siempre nos tiene sorpresas preparadas. Muchos eran los congregados en la carpa del Altar para poder disfrutar de una buena descarga mañanera de death metal técnico, y así fue, desde el minuto 1 hasta el final. Antti Bonman y los suyos hicieron de las suyas sobre el escenario, dejando muy claro por qué se convirtieron en una banda de culto. Con una técnica increíble ejecutaron a la perfección un repertorio cargado de temas como The Sixteenth Six-Tooth Son of Fourteen Four-Regional Dimensions, When the Sun Drank the Weight of Water, con los cuales fueron capaces de desencajar las cervicales a más de uno de los presentes, ¡el martes todos al traumatólogo! ¡Qué burrada de concierto! Y esto solo era el calentamiento para el día que nos esperaba.

 

 

 

Los siguientes en pasar por la palestra del Altar serían los americanos BLOOD INCANTATION. Aún con el cuello caliente, los ahí presentes pudimos disfrutar de otro gran concierto. Ahora tocaba una clase magistral de puro death metal old school. Uno a uno fueron cayendo canciones como The Giza Power Plant perteneciente a su obra maestra Hidden History of the Human Race, álbum que les lanzó a lo más alto.  Con una técnica envidiable, y riff tras riff, durante esos escasos 40 minutos de los que dispusieron para pegarle un buen repaso a sus 3 discos, nos hicieron gozar muchísimo. Contaron con un sonido brutal y realizaron una ejecución impecable.  La banda tenía que ir acabar el concierto y para ello nos deleitaron con Hovering Lifeless, tema de su EP Interdimensional Extinction, un tema brutal para cerrar semejante animalada.

 

 

 

Por el Altar también se pasaron dos leyendas del death, VLTIMAS y  MEMORIAM. De estos dos últimos destacaría el concierto de los ingleses Memoriam, banda liderada por Karl Willetts, ex cantante  y líder de los míticos Bolt Thrower. Esta no fue la primera vez que pude disfrutar de Karl y los suyos en el escenario. Con casi 50 minutos de repertorio, pudieron darle un buen repaso a sus 4 álbumes de estudio. Memoriam es una de esas bandas con las que uno disfruta mucho en directo. Ver al señor Scott Fairfax aporrear su guitarra tema tras tema, es un deleite para la vista y para los oídos.  Scott nos hizo poner a tono nuestros tímpanos con  temas como War Rages On  o Resistance.

 

 

 

VLTIMAS

 

 

 

No se me puede olvidar el paso  por el Altar  de DESTRUCTION, o de los míticos NAPALM DEATH y de las leyendas del death,  los ingleses CARCASS. yo,  sintiéndolo mucho, me quedo con Jeff Walker. Que sí, que estuvo muy guay Napam Death y fue muy correcto el concierto de Destruction, pero los de Liverpool son de otra pasta.

 

NAPALM DEATH

 

 

 

DESTRUCTION

 

 

 

Jeff al bajo es una auténtica maravilla, desde el 88  jodiéndonos los tímpanos con su Reek Of Putrefaction. En esta ocasión, tuvimos  casi 1 hora de concierto por delante para poder disfrutar de canciones como Exhume to Consume, tema elegido para la apertura. Pareció un recital de grandes éxitos, pues lo que sonó en el escenario durante esa hora de la que dispusieron fueron todo temazos, no faltó ni uno: Genital Grinder, Keep On Rotting in the Free World y Heartwork con el que cerraron el repertorio. Los ingleses siguen estando en plena forma.

 

 

 

 

Vamos a retomar lo acontecido en el día en el escenario Temple. otro escenario que nos hizo gozar mucho a los presentes y amantes del underground.

 

Le tocaba el turno a unos grandes, MIDNIGHT desde Cleveland. Athenar, Comandor y SS, serían los encargados de liarla muy, muy parda en el Temple. Speed metal, macarrismo, rabia, cinturones de balas y chupas de cuero, todo esto a partes iguales, era lo que nos esperaba en estos 40 minutos de concierto. Durante la actuación no se detuvieron ni para dar las gracias. Menuda fuerza y potencia tienen sobre el escenario. Era la segunda vez que veía a estos grandes del género y la verdad es que no me esperaba menos. No sé la gente que cayó en el foso, pero el llover de gente sobre los fotógrafos fue un no parar. No es para menos, Midnight lo piden a voces. La banda venía presentando 2 discos, Rebirth by Blasphemy del 2020 y Let There Be Witchery del 2022. Vimos un grandísimo concierto, de los que se te quedan grabados en la retina para siempre.

 

 

 

CULT OF FIRE, ARCHGOAT y MGLA fueron otras 3 bandas que se pasearon por el Temple, y la verdad, que no sabría con cuál de las 3 quedarme, pues cada una me aportaron algo diferente con sus sets. La puesta en escena de Cult Of Fire es algo súper llamativo, con su altar, al más puro estilo hindú, con púlpitos en forma de cobra a cada lado, donde están postrados guitarra y bajo, ejecutando un black metal con una temática alrededor de la religión hinduista, Devilish y el resto de la banda dejaron a los presentes con la boca abierta y muy impresionados, tanto en lo musical como en lo visual.

 

 

 

ARCHGOAT

 

 

 

MGLA

 

 

 

El culmen en este escenario llegó con MERCYFUL FATE. Aunque a un servidor no le guste el género, hay que reconocer la grandísima y larga trayectoria del señor King Diamond, tanto en solitario como con Mercyful Fate. A los pies del escenario se podía observar el gran número de fans congregados para disfrutar de su concierto. Siempre me gusta reconocer, aunque no sea de mi agrado, cuando alguien lo hace bien. Y si, señores, el señor King Diamond, a pesar de su edad y de su reciente operación de corazón, se marcó un grandísimo concierto. Con temas como Evil o Black Funeral se metió al público en el bolsillo.

 

 

 

 

Para cerrar la jornada del Temple, tendríamos nada más y nada menos que la banda de Tom Warrior, TRIPTYKON. Os voy a ser sinceros, el p#t@ cansancio pudo conmigo y sólo puede ver 3 temas del mismo y la verdad que apuntaba a ser uno de los conciertos del día, pero al final 7 días de festival hacen mella en uno. Lo bueno, que ya los había visto y sabía que, para los presentes que nunca pudieron disfrutar de un directo de la banda, iba a ser una auténtica maravilla.

 

No se me olvida comentar algunos de los conciertos que vi en el Valley. No fueron muchos, pero lo que vi fueron brutales y de calidad.

 

La jornada empezó fuerte con los franceses YEAR OF NO LIGHT. Qué brutalidad de concierto, con 2 baterías en el escenario sonando al unísono, la masa de sonido que salía era impresionante. La banda también venía presentando disco nuevo titulado Consolamentum, del cual sonaron temas como Objuration o Alètheia.

 

 

 

 

Más tarde vimos unos 10 tíos sobre el escenario y también 2 baterías. 2 grandes bandas locales se habían unido para dar lo que sería otro de los conciertos a recordar en esta edición de Hellfest, REGARDE LES HOMMES TOMBER vs HANGSMAN’S CHAIR. Pedazo de mezcla lo mejor de stoner francés con lo mejor del black metal francés, sólo hay una palabra para definir lo acontecido en esos escasos 40 minutos, IMPRESIONANTE. Si no lo viste, lo siento, ya que no sabría describirte lo que ocurrió. Me voló la cabeza, con un sonido súper potente y muy cuidado demostraron que dos géneros completamente diferentes pueden unirse. Pido que por favor, esto se edite en algún formato (vinilo preferiblemente).

 

 

 

 

Los italianos UFOMAMMUT, que decían que se iban, que lo dejaban, y zasca, van y sacan un pedazo de disco brutal Fenice y nos lo presentan en el Valley. Qué mejor lugar para demostrar que los italianos no nos van a dejar así como así. Una gran dosis de doom fue lo que nos ofrecieron Urlo y el resto de la banda.

 

 

 

Hay que destacar el concierto que se marcaron la banda formada por Bryan Funck, Andy Gibbs, Matthew Thudium, Mitch Wells, KC Stafford y Tyler Coburn aka THOU. Esta joven banda con más de 16 discos sin contar EPs ni colaboraciones, ya se ha consolidado como una de las bandas de culto en el género sludge. Nos demostraron el porqué de su gran éxito entre los amantes de este género. Lo que salía del escenario era simplemente crudeza y densidad a partes iguales. El sonido fue inmejorable, la puesta en escena sencilla, con un Bryan casi inmóvil pegado a su micro, y la grandísima pegada de su baterista Tyler Coburn, ex batería de la banda Yautja. Desgranaron temas como The Changeling Prince o Rats and Mice and Swarms, con los cuales nos hicieron disfrutar de uno de los más grandes conciertos que se dieron en el Valley.

 

 

 

 

Después de semejante gordura, vendrían sus vecinos EYEHATEGOD, de los cuales mamaron muchísimo la gente de Thou. Así otra buena dosis de sludge para el cuerpo, pero creo que lo de que esta gente nos ofrece no hace falta ni escribirlo, pues fue otra gran dosis de gordura y macarreo por parte de Mike Williams y el resto de la banda, dejando claro que New Orleans Is the New Vietnam.

 

 

 

 

Y así pasamos a un grande, mítico, amado y algo odiado por algunos de sus fans. Le tocaba el turno a Bobby y su banda PENTAGRAM. Pensábamos que no volveríamos a ver al señor Liebling sobre los escenarios, pero este año pudimos contar con su presencia. Con un set list más que aceptable, pegándole un rápido repaso a su discografía, Bobby nos demostró que aún sigue estando en forma. La banda sonó muy bien y él, lo hizo correctamente, dándole voz a temas de culto como Starlady, Relentless, y, no pudiendo faltar en su repertorio, su himno Forever My Queen. Con un público entregado completamente a la banda, meneando la melena y sacando cuernos, la banda puso el broche final a su grandísimo concierto con 20 Buck Spin.

 

 

 
 

¿Qué más queréis que os cuente? Fueron 7 días de festival, 16 días acampados, 16 días de convivencia, donde me reencontré con grandes amigos, conocí gente nueva, compartí vida con grandes personas (Carlos, Ruth, Ani, Abel, Laura, Alain, Oscar, Gorka, Andrés, Carol, Laura Martin, Petra, Eric, Álvaro …) y todo eso es lo que siempre me llevo de HELLFEST.

 

Nos vemos en 2023, y gracias a ti por leer semejante chapa, ¡Ey!!, que yo soy fotógrafo, no redactor. Si aún así, os hice pasar un rato agradable leyendo lo que yo viví estos 7 días de festival, eso también me lo llevo.