Por Vir Cave Canem

Fotografía: Miguel Alegre

 

Resurrection Fest está que arde, prueba de ello es la enorme oferta de conciertos que nos traen en su formato Route a España hasta finales de año, una interesante y esperanzadora noticia con la que ilusionar de nuevo al público que cada vez responde más rápido y con más soltura a llenar salas y a acompañar a sus músicos favoritos.

 

En esta ocasión nos acercamos a escuchar a los suecos CULT OF LUNA, que venían para darnos el concierto ansiado que quedó pendiente al haber tenido que cancelarlo previamente por los efectos de la Covid-19 aun reinantes en aquel momento. Esta vez se iba a hacer sí o sí, y para ello venían acompañados de una interesante compañía: Los americanos CASPIAN (post-rock instrumental) y los franceses BIRDS IN ROW (Melodic hardcore). Mencionar que Holy Fawn, banda anunciada en la gira, no tocó en España siendo sustituidos (y con sobresaliente actitud) por los franceses.

 

birds in row

 

El encuentro prometido ocurrió el pasado 8 de octubre en una abarrotada sala La Paqui (antigua sala But) donde un escenario que quedaba minúsculo presenciaba cómo la pista no paraba de llenarse de gente hasta la bandera. Y es que parecía que nadie quería perderse la oportunidad de sentir el calor (o el frío) de los paisajes sonoros con los que estas bandas se disponían a dibujarnos. La oscuridad apenas iluminada por unas tenues luces azuladas en el escenario y la barra del bar contorneada por una leve luz naranja, anticipaban un espacio intimista.

 

A las 6 de la tarde comenzaba el show, y BIRDS IN ROW subió a escena. Sin gloria ni pena, ni siquiera un telón anunciando quienes eran, (Llamativo por partida doble, teniendo en cuenta que en la foto de la entrada del concierto salía el logo de Holy Fawn y la tendencia de la banda al anonimato de sus integrantes). Y tal como subieron, sus tres integrantes empezaron a tocar con un estruendoso redoble de batería que hizo el silencio en la sala. Las luces se apagaron y unos potentes rayos de luz desde el final y el techo del escenario comenzaron a seguir el ritmo de la música como una coreografía.

 

birds in row

 

El intimismo del que hablábamos antes pronto quedó latente. La joven banda liderada por “B.” comenzaba a vibrar como un volcán que iría entrando en erupción para la mitad del set. Tres jóvenes rabiosos, enfurecidos, protestando contra el existencialismo, la soledad, los problemas de la juventud actual y un enorme espíritu combativo quedaron rápidamente bien remarcados ante un público expectante que le costó encajar las dos primeras canciones, pero conforme el show cogía velocidad se empezaba a deshacer entre los dedos de “Q.” con sus líneas de bajo furiosas al compás de una batería simple pero efectiva. La voz parecía quedarse atrás, con algún fallo técnico que poco a poco los técnicos fueron solventando, algo más latente, sobre todo, en los dos primeros temas.

 

La actuación conforme avanzaba calaba más entre el público y sus propios miembros parecían una montaña rusa de emociones ante un relampagueante escenario lleno de violencia contenida que era desatada. La mezcla entre la calma y la tormenta más cruda, una performance de las más cercanas y sentidas que he podido ver últimamente. El sonido, quizás a veces algo alto, proyectando una voz “cruda” y visceral, siempre de la mano de un instrumental desgarrador, sucio y punky que trataba de colarse en el interior de nuestros cuerpos, y que en cierta forma nos hacía sentir desnudos emocionalmente. Un lamento desde una visión enrabietada de desesperación que busca por ver una luz al final del túnel siempre desde una perspectiva esperanzadora, descarnada y agresiva que interactúa con nuestros sentidos. Un potente muro sónico donde la voz queda difuminada entre líneas, donde lo importante era la performance y el acto de contrición que trataban de evocar.

 

birds in row

 

A pesar de su corta actuación que dio para mucho, los tres músicos fueron capaces de darlo todo tocando todo su último LP, sonando icónicos como Water Wings o Gris Klein. Llegando al final tocó discurso, algo que parece ser típico del grupo, y es que como “B.” comentó, hay dos tipos de relaciones personales en tu vida, la que te culpa por tu situación ante la ansiedad o la depresión, y la que lo comprende y se queda a tu lado. Una actuación brillante, que destacó con un magnifico sonido y experiencia, que contrastaba con la simplicidad de un escenario casi vacío y una estética minimalista.

 

El cambio de escenario sucedió pronto y rápidamente el set de la siguiente banda estaba montado: CASPIAN.

 

caspian

 

Los estadounidenses comenzaban su show con la proyección de que todo lo que provendría de una banda instrumental sería reposo, especialmente tras el torbellino que habíamos presenciado justo antes. Y puedo decir que sí, solo que duró un par de canciones donde apelaron a esta tranquilidad haciendo una demostración de técnica y ejecución perfectas. CASPIAN, con tres guitarristas, apelaban a la atención del público mediante riffs y juegos de guitarras ejecutados con maestría y veteranía, que se sucedían y respondían entre sí, mientras un atento bajista y batería no paraban de seguirlos con atención desde el centro del escenario, una energía que recordaba ciertamente un poco al estilo de los solos de Iron Maiden.

 

caspian

 

Como decía, si antes con los franceses habíamos tenido una tormenta eléctrica de verano, con truenos, pero sin lluvia, la actuación de CASPIAN parecía atisbar con una sosegada y plácida calma con su propuesta instrumental que nos llevase a través de viajes espaciales y paisajes atmosféricos. Todo lo contrario, puesto que la tempestad llegó para el segundo tercio de set: Pegadizos y enérgicos ritmos que se sucedían uno tras otro y que construían escalas donde las tres guitarras se sucedían una a la otra. Un enorme despliegue de medios por parte de los efectos visuales que no dejaban de acompañar al son que la batería trazaba mientras las guitarras se balanceaban como si en un columpio jugasen.

 

Su interesante propuesta nos llevó por un sólido set de casi más de una hora demostrando un nivel de calidad muy alto que nos cautivó a muchos de los espectadores, que se sorprendían por la virtuosidad de los músicos que forman la banda, haciéndonos redescubrir el verdadero post-rock con una naturalidad casi sobrehumana. El juego de luces (chapó al técnico durante todo el concierto) daba aún más movimiento a la banda sonora de una escena tormentosa que se construía y desafiaba mientras todos lo presenciábamos, creando un clima perfecto que preparaba al público para lo que a continuación venía, el “culto a la Luna”.

 

caspian

 

Ya sabíamos lo que venía: Un cambio de escenario que nos dejaba vislumbrar dos imponentes baterías con configuraciones ligeramente distintas. Algo no muy habitual de ver en grupos de este estilo, pero que iluminó la cara d ellos fans de la banda que ya sabían lo que tocaba: CULT OF LUNA.

 

Un cambio lento de más de media hora hizo que el público se relajase un poco, hasta que una niebla muy espesa inundó el escenario para desvelar una escena con luces rojas muy intensas… Y los suecos hicieron acto de presencia: la bestia despertó mientras el pueblo dormía, un sonido arrollador que nos hizo implosionar con una voz que hacía temblar la sala y que parecía invocar a los infiernos más profundos.

 

cult of luna

 

Su actuación parecía calculada y precisa, construyeron un muro sónico donde marcaban territorio y un público extasiado ante la atmósfera oscura que se cernía más y más hasta las últimas filas del público. Los juegos entre la selección de las diferentes canciones que conformaban el setlist, hicieron jugar a unos fans que iban de la desesperación, la furia y la ira a entregarse por completo con los berridos de Johannes.

 

Los 6, al igual que el resto de bandas, hicieron un uso extraordinario de sus canciones que iban a ritmo de la iluminación del escenario. El sonido de esta banda mostraba la calidad a la que nos enfrentábamos, y es que a pesar de que el concierto fuese largo, mantuvo hasta el último momento la energía necesaria para seguir acompañando a los músicos en sus canciones, que encontramos en su último LP, u otras como Nightwalkers o The Silent Man.

 

cult of luna

 

Desde luego, podría decirse que fue una velada íntima que recompuso los recovecos más abandonados de los asistentes a través de la liberación de las diferentes energías que se enlazaban con cada canción: un existencialismo en su versión más pura que se vio alterado aquella noche para el deleite de todos los que lo presenciamos.

 

cult of luna