Por Mattogrosso

 

Comenzamos con el repaso a lo vivido en la última edición de HELLFEST que celebró su decimosexta edición entre los días 15 y 18 de junio de 2023.

 

Nuestro viaje hacia el épico festival HELLFEST comenzó con una parada en la ciudad de Saintes, ubicada en el oeste de Francia. Esta histórica ciudad es ampliamente conocida por su rica herencia romana y su impresionante arquitectura gótica.

 

Saintes es famosa por sus monumentos romanos bien conservados, como el Arco de Germanicus y el Anfiteatro Romano, que ofrecen un fascinante vistazo a la antigua civilización. Además, la Catedral de Saint-Pierre, con su majestuosa fachada y vitrales impresionantes, es una visita obligada para los amantes de la arquitectura religiosa. Tras hacer noche en Saintes, continuamos nuestro viaje hacia el Hellfest, donde nos esperaba una experiencia única llena de energía y pasión por el rock y el metal.

 

Tras llegar a Clisson, tuvimos la suerte de poder acampar de los primeros en la única zona habilitada en ese momento, el Campamento Rojo. Dedicamos el resto del martes y el miércoles a descansar y visitar el castillo de Clisson mientras nos preparábamos para los intensos días de música que se avecinaban.

 

Por fin, llegó el momento tan esperado: las puertas de la catedral del metal se abrieron el jueves, marcando el inicio oficial del Hellfest. Nos dirigimos hacia la entrada del festival, pero nos encontramos con una cola de aproximadamente media hora para poder acceder. A medida que avanzábamos en la fila, el sol radiante y el calor se hacían sentir intensamente. La gente a nuestro alrededor compartía historias, entablaban conversaciones y se preparaban para sumergirse en la experiencia única del Hellfest. Finalmente, llegó nuestro turno y atravesamos las puertas del festival, dejando atrás meses de espera hasta vivir este momento, ¡el Hellfest comenzaba para nosotros!

 

Avanzamos sin más dilación hacia el Escenario Principal #2, donde ya estaba en pleno apogeo la presentación de CODE ORANGE. La energía era palpable mientras el grupo mostraba sus habilidades sobre el escenario. Una de las características distintivas de la banda es su dinámica vocal, ya que Jami Morgan y Reba Meyers se alternan como vocalistas. Entre otros temas nos presentaron en primicia en directo dream2 / Dreams in Inertia.

 

Hacia el final del concierto Jami Morgan decidió bajar del escenario y se subió a la valla de seguridad. Desde allí, cantó un fragmento de la canción con el público, sin atreverse a aventurarse completamente en medio de la multitud.

 

 

Entre conciertos me moví al escenario #1 mientras observaba al otro lado de la valla a los habituales seguratas del festival, entre ellos destacaba la figura del incombustible Puyol, reconocible por su distintiva y larga melena que aún no mostraba ni una cana.

 

El eclecticismo musical se hizo presente con la presencia de COHEED & CAMBRIA, quienes fusionaron elementos del rock progresivo con sonidos más alternativos. La propuesta de Claudio Sanchez y su banda me encantó. A la par, Puyol sacó su manguera a paseo para refrescar a todo el mundo, ensañándose especialmente con aquellos que se intentaban esconder. En este caso, lo sé por experiencia propia, lo mejor es huir de las primeras filas. En el último tema, Welcome home, Claudio Sanchez sacó su guitarra doble y nos demostró su habilidad tocándola por detrás de su cabeza.

 

Nuevamente cambiamos de ubicación para ver en el escenario #2 a los también estadounidenses I PREVAIL. Desde mi posición algo alejada del centro debido a la presencia constante de un circle pit, noté que el sonido era deficiente, la parte vocal se escuchaba muy baja. A lo largo de su presentación, interpretaron pequeños fragmentos de las canciones Chop Suey y Raining Blood. Sin embargo, en mi opinión, la actuación resultó repetitiva y no me gustaron.

 

En el escenario #1 era el turno del grupo GENERATION SEX, liderado por el carismático Billy Idol. El escenario se iluminó mientras la banda comenzaba a tocar una selección de canciones emblemáticas de Generation X y Sex Pistols. El cantante parecía estar a medio gas.
A medida que la música resonaba, imágenes de los músicos en su juventud y del enérgico público de la época se proyectaban en una gran pantalla detrás de la banda, evocando recuerdos y añoranzas de los días pasados. Aunque canciones como Problems, Dancing with Myself y God Save the Queen lograron hacer vibrar al público, en general, el concierto careció de la chispa que se esperaba.

 

Me dirigí rápidamente al nuevo puesto de merchandising, ansioso por conseguir algunos recuerdos. Sin embargo, a pesar de mi prisa, me perdí por completo la actuación de In Flames y apenas pude disfrutar de la de Hollywood Vampires. Es evidente que necesitan mejorar la gestión de la tienda para reducir las largas esperas.

Regresé corriendo para poder presenciar el final de la actuación de HOLLYWOOD VAMPIRES justo cuando comenzaban a tocar Walk This Way de su icónico guitarrista Joe Perry con Aerosmith. A pesar de que Depp llevaba la pierna escayolada, no pareció resentirse y me pareció que hizo un buen papel. Alice Cooper presentó a la banda durante School’s Out, y el actor fue uno de los más ovacionados por el público, su nombre había sido más o menos restaurado tras el juicio contra Amber Heard.

Mientras la multitud se congregaba en el escenario principal #1 para asegurarse un buen lugar para ver a KISS, un grupo notable de fanáticos decidió disfrutar del enérgico concierto de ARCHITECTS en el escenario de al lado. A pesar de la competencia de la legendaria banda de rock, ARCHITECTS no decepcionó y atrajo a una multitud entregada.

 

El sonido de Architects resonaba potente y claro, mientras su música enérgica y poderosa incitaba a la audiencia a moverse al compás. Pogos, saltos y una atmósfera frenética se apoderaron del lugar, mostrando el apoyo masivo que esta banda ha ganado a lo largo de los años.
En un emotivo momento, Architects dedicó la canción “Doomsday” a su fallecido guitarrista, Tom Searle, y también a Parkway Drive, otra banda presente en el festival. Architects demostró su valía en el escenario 2, dejando claro por qué han ganado un lugar destacado en la escena musical actual.

Llegó el esperado momento de los cabezas de cartel del día, los legendarios KISS, quienes supuestamente se encuentran en una gira de despedida, pero al menos yo, nunca me acabo de creer estas cosas. A ambos lados del imponente escenario se encontraban gigantescos muñecos representando a los icónicos miembros de la banda, Demon y Starchild más cerca del escenario y en un segundo lugar Catman y Spaceman.

 

El concierto contó con una impresionante puesta en escena y numerosos elementos visuales, pero lamentablemente adoleció de una voz en condiciones por parte de Paul Stanley. La parte central del espectáculo se volvió aburrida, con largas charlas de Paul y Gene, extensos solos y momentos de relleno. Quizás si nunca has tenido la oportunidad de verlos en vivo, te puedan sorprender, pero para aquellos de nosotros que ya hemos presenciado su actuación, esta era mi cuarta vez, su presentación no generó ninguna sorpresa. Simmons sí que hizo los trucos de escupir fuego y sangre, pero Stanley no hizo su tradicional viaje en tirolina como solía acostumbrar.

 

Al grupo le quedó grande el tiempo disponible, dos horas, así como el horario y el escenario principal. Es evidente que deberían haberse retirado hace tiempo, pero su amor al dinero supera su capacidad de autocrítica (Es muy conocido que Gene Simmons, el bajista de Kiss, hizo un intento de registrar el signo de los cuernos que popularizó Ronnie James Dio).

 

 

Si eres un fanático acérrimo o si es tu primera vez viendo a Kiss en vivo, es posible que disfrutes del espectáculo. Sin embargo, para el resto el concierto no logró estar a la altura de las expectativas de todo un cabeza de cartel de HELLFEST.

 

A continuación, llegó el momento de PARKWAY DRIVE, el grupo que en base a lo visto sobre el escenario merecía ser considerado el auténtico cabeza de cartel. A pesar de que la batería no giraba en el aire como en su actuación anterior en Hellfest, dieron una verdadera lección de lo que tiene que ser un concierto a este nivel.

El carismático Winston McCall se sumergió de lleno en un circle pit durante la interpretación de Idols and Anchors, creando un vínculo único con el público. Además, para sorpresa de todos, contaron con un talentoso trío de cuerdas francés que los acompañó en varios temas (Shadow Boxing, Darker still y Crushed), añadiendo un toque especial y diferente a su presentación.

La hora y diez minutos que duró su actuación pasó volando, dejando a los asistentes con ganas de más. La energía desbordante, el talento musical y la conexión con el público hicieron que el concierto de PARKWAY DRIVE fuera una experiencia inolvidable y, sin duda, uno de los momentos más destacados del festival.