Por Juan Ángel Martos

 

Tras su debut con Bed of Snakes en 2020, que se coló en muchas listas de los álbumes top, SHALLOW WATERS vuelve a la carga con un nuevo trabajo, All Colours Blur to One, en el que da un paso más en su evolución musical, donde el black/death se deja embaucar por la melancolía, entrelazando potencia, épica y oscuridad.

 

Sigue la esencia de la banda, Tristán Iñiguez (guitarra), Pablo Egido (voz) y Rober García (batería), incorporándose dos nuevos miembros Andoni (guitarra) y Morten (bajo), contando con una portada donde la belleza y la muerte despiertan del letargo otoñal, creada por Luis Louzao y será editado por el sello belga Meuse Music Records.

 

All Colours Blur to One y Blow by the Wind, han sido los dos adelantos elegidos para lanzar el trabajo y recogen un amplio espectro de lo que son capaces, el yin y el yang del álbum, mientras que una recoge el sonido de SHALLOW WATERS a la perfección, un medio tiempo con guitarras envolventes, dualidad vocal tanto limpias como guturales (y es que Pablo se sale a lo largo de todo el trabajo), pero con una parte central para enmarcar, donde la rabia acompasada sale a relucir entre la belleza del estribillo. Mientras que el otro corte es todo lo contrario, un tema acústico, melancólico y triste, donde la elegancia se une a la voz de Beatrizze y Joan Esmel que le aportan un cariz distinto a un corte evocador y perfecto para cerrar el álbum. Un combo impoluto.

 

 

Pero esto no es todo y es que el álbum se abre con dos trallazos directos a la yugular Bearer of Bitter Sorrow y Cyclops, donde dejan ver su santo y seña, post black y death, con unas estrofas muy poderosas en el primer corte, pero siempre maquilladas con unas guitarras melódicas que apaciguan la bestia y sobre todo en la parte que aparece la voz limpia, para en un segundo corte destrozarnos con un enorme Rober García en la percusión donde los blast beats y el doble bombo harán temblar todo tu cuerpo, apareciendo esas guitarras y esas atmosferas goticistas que tan bien sabe insertar SHALLOW WATERS en sus cortes.

 

Y es que seria muy complicado escoger algún tema antes que otro, porque este LP sorprende a cada paso y demuestra la calidad alcanzada por la banda tras su debut al que supera en forma estructural y versatilidad. A Devious Walk, es otro de los temas destacados, tan camaleónico a lo largo de sus casi 7 minutos, que no te darás cuenta que ha terminado, con una parte central muy épica, de las que te llevan a mirar a un horizonte islandés.

 

 

Para apaciguar este inicio, Retrofuturistic Circle, juega con la melancolía y el goticismo, con una voz que consigue atraparte en un estribillo de corte muy doomero, recordándome a LACRIMAS PROFUNDERE o CHARON, sobre todo en el estribillo que te retrotrae a tu juventud (y aunque también leí esta comparación en una entrevista suya, ya me lo habían parecido previamente, soy muy fan de esos sonidos de hace 20 años atrás). Sonidos que también quedan plasmados en Everlasting Shadows, aunque es más cruda vocalmente hablando, pero si de crudeza hemos de hablar quizás Whisper of a Dying Soul, se lleve la palma, pues es quizás el que guarde los pasajes más agresivos del disco, aunque juega con esas estrofas endiabladas y un puente entre ellas muy onírico, con esos coros que encajan a la perfección, pero que guarda en su interior giros inesperados, con una parte instrumental central repleta de belleza.

 

Antes de terminar, el toque catatónico no podía faltar en 11 Stairs to Dispair , y es que es uno de mis grupos preferidos, en la que la participación de Andrés Pestana en las voces le da un punto muy goticista inglés con THE CURE en mi mente, transformándose en una de mis canciones preferidas del trabajo. Y aun me quedaba por hablar de Golden cage, otra locura de canción, rápida y feroz, con unos cambios aplastantes, pero con ese matiz y sonido personalizado que le infringen a cada paso. Disco no… ¡discazo!, por supuesto que se cuela desde ya en mi top personal del año. Ahora solo me queda verles en directo.