Por Juan Ángel Martos

 

De la mano de Maldito Records, la banda viguesa APHONNIC regresa junto a sus fans con Crema, su séptimo trabajo de estudio, producido por Vasco Ramos, mezclado por Iago Lorenzo y masterizado por Robin Schmidt (PLACEBO, BIFFY CLYRO).

 

APHONNIC ha sabido trabajarse su carrera musical a base de carretera y muchas, pero que muchas tablas por toda la geografía nacional, saltando a la primera fila con su álbum 6 Bajo Par de 2009, mi preferido sin duda. Pero cuando verdaderamente se afianzaron al frente de la escena fue con Héroes de 2013 e Indomables de 2016, siempre de la mano de los fans que apoyan sus crowdfunding sin contemplaciones, pues saben que la calidad de los vigueses no defraudará a nadie.

 

Su último trabajo, La Reina, pasó algo más desapercibido tras la epidemia COVID que arrasó el país y la cultura, resarciéndose con este nuevo álbum que presentarán en más de 30 fechas por toda la península. En este nuevo trabajo, su metal tan particular como característico sigue repleto de dinamismo y las letras permanecen punzantes y repletas de emociones.

 

Melodía Antifascista y Doña Inés, fueron los dos temas elegidos para darnos a conocer lo que se estaba cociendo en el estudio, dos temáticas muy diferentes, pero muy actuales. Si el primero alienta a levantarse contra un mundo cada vez más injusto a través de un cantico perfecto para corear su estribillo y con un ambiente festivo; el segundo corte es una oda a la lucha de esas madres adolescentes solteras que tienen que levantarse todos los días y luchar contra las adversidades tras ser abandonadas por su pareja.

 

 

Pero el álbum lo abre Azúcar de Algodón, potente y directa, donde Iago consigue un sonido de guitarras made in APHONNIC, con un Chechu enorme a la voz y un combo perfecto formado por Richy al bajo y coros y Alén en la batería, introduciendo arreglos de sintetizadores que encajan a la perfección en contra de las radiofórmulas y las críticas viperinas que se hacen para desprestigiar a los músicos, uno de los temazos del álbum. Las Riendas no se queda atrás, pues su melodía, sus sentimientos, su feeling…, el corte al completo te llega muy adentro.

 

Caracol en Cuesta está repleta de un sentimiento de positividad, desde la música hasta la letra, donde el amor, la música y tu mismo está hecha para seguir adelante. Sin Cicatrices nos habla de la familia y el recuerdo. Se nota que APHONNIC va cumpliendo años dejándonos historias sinceras del día a día y dejando los dragones y las hadas para otro momento, a través de su poderoso metal que funden a la perfección con sus intenciones, con una producción enorme y un sonido sobresaliente.

 

Hijos de Dios y El Anzuelo podrían ser las baladas del álbum, aunque beben del medio tiempo, donde su música envuelve la estructura musical, con esos toques modernizados y electrónicos que encajan a la perfección y sin estridencias, aumentando el ki de la canción y otorgándole una atmosfera en la que parecen flotar y que te harán esbozar una sonrisa mientras te dejas atrapar por ellas.

 

Todo lo contrario que la macarra y acelerada Reproches con un tinte más punkarra, pero donde la melodía vocal sigue siendo marca registrada de la casa Chechu. Truco y Trato es otra explosión de musicalidad, más visceral y recordándome a SKUNK D.F. o a los primeros APHONNIC, destrozan las tablas con un corte muy particular dentro del álbum, envileciendo esta parte final. Aunque para frenar está En Propia Meta, el cierre de este nuevo trabajo, Crema, con aires americanos y volviendo a ese espíritu de positividad y buen rollo que siempre despliegan estos gallegos. Larga vida a APHONNIC.