Desde la localidad de Conway (Arkansas) nos llega Apothecary con su tercer trabajo de Doom Metal llamado Drifting Towards the Ancients” cargado con cinco cortes dispuestos a hacerse un hueco en el panorama… Donde Drew Holt se encarga de rasgar las cuerdas de la guitarra, Andy Honer pegado al micro, Brad Moffitt nos muestra su dominio con el bajo y Steven Hubbard marca velocidad en la batería. Así que ya presentado debidamente el grupo, pasamos a hacer girar el rosco con los temas:

 
Fortune doesn’t smile on the damned
Dawn on me
No void to feed on
Gamma soul
Into the Cauldron
 

Empecemos con “Fortune doesn’t smile on the damned” el cual es el encargado de abrir el trabajo. Donde nos habla del sufrimiento, de estar roto en mil pedazos y encadenado en la oscuridad… Sin apenas darnos cuenta nos envuelve en una sensación de desesperación. Es un comienzo bastante potente para ir empezando. Los riffs de la guitarra son buenos y destacan claramente.

El siguiente en sonar es “Dawn on me” con una letra igual de oscura donde la voz de Andy parece ser de otro mundo cuando nos habla de los ojos oscuros, de la serpiente en la boca… La batería marca un ritmo rápido, lóbrego y abrumado el cual nos hace casi rozar la ansiedad cuando entiendes lo que dice y de que va la canción . Y mi curiosidad me empuja a darle paso al siguiente track…

Así que llegamos al meridiano del trabajo con “No void to feed on” y el ambiente se adentra en la penumbra pero me es imposible dejar de escuchar… Y el pesimismo se encuentra en cada palabra que Andy pronuncia como la frase: “No siento ningún dolor o remordimiento, siento la necesidad de estar en la oscuridad… mi alma castigada…”

Entra el corte “Gamma soul”  que empieza a golpe de batería, pero la voz de Andy no se hace esperar, esta vez un poco más clara aunque el tema es igual de turbio o más… Dolor, cordura y desgarro son tres de las palabras que más pueden definir y de las más significativas en la letra de “Gamma soul“. Donde llegas a tener la sensacion de angustia que sin duda buscan.

El broche final lo pone “Into the Cauldron”  la cual parece sacada de las mismísimas tinieblas. La coordinacion del grupo es jodidamente buena y nos mantiene sumidos en el enturbiamiento desde el primer acorde. Con frases como: “Agarro mis recuerdos y se desvanecieron en esta figura oscura y callosa… Siento la necesidad de mirar dentro de ti… Su sutil belleza un misterio que me gustaría descubrir…”  Y el rasgar de las cuerdas, las cuales marcan un ritmo tétrico rozando lo macabro junto con la batería…

A los amantes del Doom metal decirles que sus letras son lo suficientemente oscuras como para hacer que la atmósfera de mi alrededor se vuelva lúgubre, pesado y angustioso.

También decir que los cinco tracks tienen un buen nivel instrumentalmente hablando y una buena coordinacion… Les pongo un 7/10, el margen de mejora es extenso así que esperemos su próximo trabajo.