Dicen que los viejos rockeros nunca mueren y lo cierto es que REINCIDENTES son la viva imagen del dicho. La banda sevillana ha cumplido recientemente su trigésimo aniversario como tal y la veteranía en las tablas les ha sentado muy bien. Muchas cosas han pasado desde que aquel 1987, en plena ocupación estudiantil de la Universidad de Sevilla, unos jóvenes recién iniciados en el punk decidiesen enchufar sus instrumentos y escupir un puñado de canciones protesta frente al despacho del rector. Veinte discos después, cuando agonizaba el 2017, nos presentaron su última obra, Vergüenza, a través del sello Maldito Records. Un trabajo compuesto por trece temas de lo más variados en los que encontramos lo de siempre: crítica social y mucho punk; pero donde también nos muestran facetas más intimistas.
No es un secreto que REINCIDENTES siempre han tratado de plasmar la realidad que les rodea en sus canciones. De sus manos han salido obras tan aclamadas como Sol Y Rabia, Nunca Es Tarde… o ¡Te Lo Dije!, que forman ya parte importante de la historia del rock patrio y cuyos temas siguen siendo de los más celebrados en los conciertos. Sin embargo, la nostalgia juega a veces un papel muy importante a la hora de no valorar de igual manera un trabajo como Vergüenza. Hay que entender que ni el contexto social es el mismo que el de principios de los noventa ni los años pasan en balde para nadie, tanto para bien como para mal. Un disco de REINCIDENTES en 2017 no es algo que se pueda decir novedoso. Sin embargo, es todo un privilegio que cuarteto siga facturando álbumes en una época en la que la música parece cada vez más un producto prefabricado para las masas, regalándonos canciones que nos recuerdan que estas también pueden ser una herramienta para despertar conciencias y que pueden poseer un valor adicional al meramente musical.
Si en 2011 publicaban Tiempos De Ira como una verdadera premonición de los hechos que ocurrirían en mayo, casi siete años después, “vergüenza” es la palabra que han elegido REINCIDENTES para definir la actual realidad social y política. El disco arranca con el que fuera adelanto del mismo en forma de videoclip: “Terrorismo”. Un tema que resume muy bien el concepto del álbum y que podríamos denominar como la canción protesta “total”, ya que toca un montón de palos en su letra, aunque todos en relación a la bautizada como “Ley Mordaza”, con guiño incluido a compañeros de profesión como César Strawberry o Pablo Hasel. La letra de su estribillo, “vuelve la sombra de la Santa Inquisición. Vamos pa’tras con paso firme”, habla por sí sola. Un particular retrato de la sociedad norteamericana en “Agítese Antes De U$Á” desemboca en la “rockandrollera” “Dentro De Ti”, un tema que podría haber firmado perfectamente LOQUILLO y que nos sorprende encontrar en la pista 3 del álbum. Pero no penséis que con la edad REINCIDENTES se han ablandado o moderado. Y si no, poneos “Ciudadano KK” para saber de qué hablo.
En este nuevo repertorio de temas, tienen también un recuerdo para los escándalos de abusos en la Iglesia en “La Misa Final” o para la imparable contaminación del planeta por parte de la industria capitalista en “Planeta Muerto”. Pero para mí, hay dos “hits” claros en el disco que podrían convertirse en auténticos himnos contemporáneos de la banda e indiscutibles en los setlist, siguiendo el ejemplo de “¡Ay! Dolores” o “La Republicana”. Estoy hablando de “Se Acabó La Siesta” y “Agarrar La Vida”. La primera es un trallazo punk marca de la casa, de estribillo pegadizo, coreable y de reivindicación política. La segunda, todo un alegato a la diversidad sexual y contra la opresión por motivos de género, que unido a unas melodías épicas nos deja una de las canciones que mejor calan con su mensaje.
En resumen, Fernando, Juan, Finito y Manuel han parido un disco, el enésimo, a la altura de lo que se espera de ellos, demostrando que siguen en la brecha y bien de forma. Si bien es cierto que es un trabajo que a ratos denota una falta de frescura esperable, posee momentos muy lúcidos a la altura de lo mejor de su discografía, con una calidad letrística indiscutible. Es un disco donde escuchamos más rock urbano y menos punk que en sus predecesores, confirmando quizás una tendencia iniciada a principios de siglo. Pero aún así, lo cierto es que encontrarás de todo en él: tanto la versión más macarra de la banda, como la más íntima. Escucha muy recomendada a quienes piensen que REINCIDENTES ya no podían dar más de sí, porque vaya si pueden. Y el Badajoz en primera división.