LA SONRISA INVERTIDA es un grupo burgalés que practica un dark rock bastante peculiar, con toques oscuros en su producción pero de corte bastante clásico y con voces y producción que podría llegar a recordarnos a grupos de indie más rockeros, lo que le da un matiz más moderno. Su último disco, Realidad aumentada, ha sido grabado en El monasterio Studio. Sus diez cortes son los causantes de estas palabras.
El redondo comienza con un leitmotiv en Los idus de marzo, que se repite circularmente, en contraposición a lo dicho, bastante alegre, que nos desconcierta si lo comparamos con Sobremuriendo, más elaborado, en producción y armonía, donde la voz del vocalista Rubén Hidalgo toma un cariz más protagonista.
Mensajes contundentes, lejos de confusa poesía, pero sí llenos de complejas metáforas o rimas que no terminan de encajar musicalmente en las estrofas no desvirtúan un trabajo que continúa implacable a través de temas como Horizonte de sucesos, Desmayo o Una agradable desilusión.
Evitar lo inevitable se convierte en una grata sorpresa con sus ascendentes cambios de tono, al que le sigue Terra incognita, donde la batería se erige como nuevo protagonista en su comienzo. Llegamos al final de este trabajo con El micropunto, que con sus giros temáticos musicales y rítmicos, nos deja con el mejor sabor de boca que te puede dejar la banda.
Este primer LP de LA SONRISA INVERTIDA, que llega tras dos maquetas, se convierte en una perfecta carta de presentación para un grupo que, por ecléctico, puede caber en muchos de los carteles que circulan por el ámbito nacional.