La cuarta canción se llama Ausländer, también acompañada de videoclip. Comienza con unos teclados muy house, actuales. La línea vocal es horrible, nada acertada. La canción es arriesgada, porque juega con una batería digital y con una guitarra muy sintetizada, que hace que parezca más una canción que sonaría en cualquier discoteca más que industrial metal. El estribillo es bastante movido e invita a bailar. Lo cierto es que está bastante lejos de lo que solían hacer antiguamente, y han llevado bastante a rajatabla lo de «renovarse o morir». La verdad es que esta canción me despierta sentimientos encontrados: es diferente, es arriesgada y es pegadiza, pero parece más una canción que saldría en una radio donde pondrían Rosalía o en una discoteca.
Para recuperarnos de la fiesta del tema anterior, tenemos Sex. Es un tema con ciertos toques glam, muy sexy. Lo que más llama la atención es el estribillo, con las guitarras sonando muy estridentes y de nuevo echo en falta más potencia en la batería. La canción tiene un solo en el cual el protagonista es el teclado.
Una vez pasado el frenesí de las canciones anteriores, nos topamos con Puppe. La voz de Till suena aterciopelada y misteriosa, con ese toque creepy que le encanta a él. Esta canción te mantiene en vilo porque los ritmos son muy diferentes y no sabes con qué te sorprenderán de nuevo. Y de hecho, sorprenden, porque el estribillo es increíble. Por fin, esa potencia en la batería acompañando únicamente a la voz, desgarrada, desesperada, a la que después se le suman el resto de instrumentos. Desde el primer estribillo, la voz de Till va entrando en una espiral de locura, fuera de sí. Después de todo ese culmen, solo suena la guitarra con unos ritmos sencillos y un piano, bajando la intensidad de la canción.
La séptima canción es Was Ich Liebe. Al comienzo, una batería acústica un poco sintetizada acompaña a una guitarra melancólica, a la que se suma Till Lindemann. El bajo es ensordecedor, potente, que hace vibrar la caja torácica a su compás. El estribillo rompe de forma épica, en el que el sonido recuerda un poco al trabajo que tiene Peter Tägtgren con Lindemann, aunque tiene sello propio e inconfundible de RAMMSTEIN. Creo que es de las canciones más old school que tiene la banda en este disco, de un industrial metal inconfundible en el sonido de los sintetizadores y los riffs de guitarra.
Diamant me ha encogido el corazón desde el momento en el que empezó a sonar. Ese bajo tan dulce me recuerda mucho a Seemann. Es una balada preciosa, cuya atmósfera está rodeada por una guitarra muy distorsionada en un volumen muy bajo, y con sintetizadores en forma de cuarteto de cuerda que le dan un aspecto maduro y triste.
En la recta final de este disco nos encontramos con Weit Weg. Empieza con unos sintetizadores muy cyber y envolventes, siendo los grandes protagonistas de la canción en todo momento. Aquí, las guitarras pasan a un segundo plano, muy distorsionadas pero colocadas de fondo en la canción. Un solo de guitarra desgarra de repente, rompiendo la monotonía que habían creado los sintetizadores. Bastante diferente la canción, pero muy acertada.
La décima canción es Tattoo. Es poderosa al principio y el ritmo es puro estilo RAMMSTEIN. Muy potente, recuerda a esos grandes discos de la banda, con toques oscuros. Los riffs son sencillos pero tremendamente atractivos; por ahora mi favorita del disco.
Para poner el broche final, Hallomann suena encantadora y misteriosa, con un bajo distorsionado y una batería que taladra los oídos. Demasiado lenta, el comienzo había puesto mis expectativas un poco altas. Es una canción que juega mucho con sonidos experimentales, mezclando teclados y guitarras para hacer un solo apoteósico. Pero quizá, no es la mejor canción de cierre de un disco tan esperado.
En términos generales, es un disco diferente, innovador. No podemos compararlo con otros discos porque cualquiera que no sea Liebe Ist Fur Alle Da se queda a la altura del betún, pero la verdad, es un buen disco y bastante esperado durante estos diez años de silencio. Después de tantos años de carrera, ya lo han hecho todo, así que solo les quedaba ajustarse a la producción de las nuevas generaciones, con más éxito en unas canciones que en otras. Pero lo han hecho de la mejor manera en la que saben hacerlo y como siempre lo han conseguido: al borde de la polémica.