Por Juan Ángel Martos

Fotografías por Sebastián Flores

 

Comenzamos el segundo día, en el que también se rozaría el 100% de aforo con KILLUS, que desde Villareal venía a demostrar por qué es una de las pioneras del metal industrial en España, ya que lleva dando guerra casi treinta años y sigue estando en plena forma. Con un arranque enérgico, el cuarteto salió ataviado con sus uniformes negros, goticistas, industriales y maquillados a la perfección, como acostumbra a salir. Skeletons of Society activó a todo el público asistente que, a pesar de ser las 15:00 de la tarde, era muy numeroso, entre 2 y 3 mil personas. KILLUS no defraudó con un show muy enérgico, interactuando con el público en todo momento y generando pogos y wall of death. Clásicos como Ultrazombies, Feel The Monster o su versión del Gimme Gimme de ABBA nunca fallan y el público se volcó.

 

Desde Italia venía por primera vez al festival STAIN THE CANVAS, poniendo un toque de emocore con tintes electrónicos para inaugurar el Main Stage el jueves 26. La verdad es que no lo conocía, pero eran cientos y cientos los aficionados que se afincaban en primera fila y que disfrutaron de un show correcto en el que sonaron temas como Puppet, 554TH o Seal My Soul generando los primeros circle pits del día.

 

Con un calor soportable me dirigí hacia el Ritual Stage para ver a VOWWS, banda que desconocía, pero que transmite un feeling en el escenario brutal con un género no muy del festival, darkwave con toque industrial, un trasfondo muy oscuro y elegante con Matt James en la guitarra y la carismática Riz en la voz y teclados. Pitillo en mano, se fumó unos cuantos, Riz comenzó a cantar con un tinte muy enigmático Blood’s On Fire y You Never Knew. Tema tras tema te va atrapando con un rollo muy especial. Escuchad Symbol System o Inside Out para que veais de lo que hablo.

 

 

 

VOWWS es enigmático, atrapante y muy diferente al resto del festival, pero es lo bueno que tienen estos eventos, que descubres bandas nuevas y se transforman en parte de tu colección. Me encantaría ver a la banda de noche y en sala, seguro que es toda una experiencia hipnotizadora con aires ochenteros. De hecho, como anécdota, Riz dijo al público que se pusiera para una foto, pero sin tiempo, en un milisegundo volvió a decir ya está, jaja es para las redes.

 

La formación australiana NORTHLANE dio un enorme concierto de metalcore con tintes electrónicos en el que Marcus Bridge demostró sus dotes a la voz tanto en tonos rasgados como en las partes limpias, sin parar de moverse en todo momento por el escenario, en el cual se iban reproduciendo unas proyecciones muy coloristas y geométricas que lo engalanaba canción tras canción. De todas las canciones Carbonized, Dante o Clockwork fueron las más destacadas a la hora de poner los puntos sobre las ies.

 

 

 

Tocaba ahora un paseo hasta la otra punta del recinto para ver a la agrupación italiana MESSA y escuchar la inconfundible voz de Sara Bianchin transformada en elegancia sobre las tablas. Sara estuvo perfectamente acompañada por Alberto Piccolo en la guitarra, otro crack, el bajista Marco Zanin y el baterista Rocco Toaldo. Un cuarteto que impuso su magia en un escenario tan particular como el Desert Stage, aunque la hora no le hacía justicia con el sol justo de frente y demasiado temprano en un día muy caluroso. Aun así, MESSA deleitó a los asistentes con un conciertazo, con un sonido perfecto. en el que sonaron, entre otras, Void Meridian, Fire On The Roof o la inconmensurable The Dress.

 

 

 

La siguiente parada fue en el Desert Stage viendo medio concierto del rocoso CONAN que dejó las notas de su sludge/doom ante una gran cantidad de público, aunque con espacios para estar a gusto y dejarte llevar por la pesadez y contundencia del trio ingles con Foeman’s Flesh o Levitation Hoax como algunos de los temas que sonaron Solo vi medio porque me desplacé al abarrotado Ritual Stage para encontrarme con MUNICIPAL WASTE  en lo que era la antesala de los platos fuertes del día. Su thrash fiestero y divertido está hecho para este tipo de festivales con temazos como Crank The Heat, Under The Waste Comman o Born To Party, creando una auténtica fiesta.

 

 

Eran las 20:35. Cumpliéndose todos los horarios hasta el momento llegabaa la hora de uno de los grandes pues LINDEMANN hacia acto de presencia en el Main Stage, con un show bestial, polémico, escabroso y divertido, pero un espectáculo que todo el que presencia ya está advertido de antemano. LINDEMANN explora las miserias humanas y lo traslada al escenario a la perfección. No tiene nada que ver con RAMMSTEIN.

 

 

Zunge dio el pistoletazo de salida y Fat fue imponiendo el show escabroso con proyecciones de gordofobia, al igual que Golden Shower mostró genitales femeninos por doquier en un ritual de sexo y metal. Emily Ruvidich se mostró enorme en la guitarra principal y los coros y la sensual Constance Day en los teclados puso la nota erótico-festiva, con sus poses, bailes y su barra de pooldance.

 

 

Blut sonó bestial, en un escenario rojizo y sin artificios. Con Allesfresser volaron tartas hacia los asistentes del festival como acostumbra a hacer. Praise Abort y Platz Eins fueron momentos álgidos, pero también guardaba ases en la manga como cuando Joe Lentz, su baterista, se bajó del escenario principal para extraerse de sus partes varios objetos de higiene femenina y arrojarlo al público en una escena bizarra, como es el personaje que representa. En Fish On Lindemann arrojó sardinas al público con una especie de cañón para acabar mordiendo una. Además cruzó medio recinto con una cámara personal en el gorro, escoltado por su teclista y la seguridad del festival mientras iba andando entre la multitud. En España no podía faltar su versión de Entre dos Tierras de Heroes del Silencio cantada por todo el público del abarrotado Main Stage. Fue un show único. Por algo en salas solo permiten entrada a mayores de edad.

 

 

Por último, tras un telón y los primeros acordes de Blind, KORN hizo acto de presencia en Viveiro, siendo una de las bandas más esperadas de esta edición, como asi lo demostró el casi sold out de entradas de día. Fue un show perfecto, con una iluminación espectacular creada por 5 plataformas móviles con láseres. Los constantes cambios de ambiente y orientación lumínica recrearon escenas idílicas e inolvidables mientras sonaban clásicos como Got The Life, Shoots and Ladders (la cual intercaló partes del One de METALLICA), Twisted Transitor o A.D.I.D.A.S., para cerrar con un encore en el que Falling Away from Me y Freak on a Leash pusieron una guinda espectacular. Gaitas, su característico pie de micro y las poses de Jonathan Davis, un remember en toda regla con una banda que está en plena forma y así lo demostraron los enormes Brian Welch y James Shaffer en las guitarras, pero es que Ray Luzier es una bola de demolición en la percusión, al igual que Ra Diaz al bajo. Se trata simplemente de KORN y hay que verlo para poder contarlo.