La calurosa noche malagueña tuvo el enorme placer de recibir el día 29 de agosto un concierto sin precedentes bajo el nombre de Goetia Summer Session, su primera edición de la mano de Jorge Fretes, el promotor.
La apertura de puertas dicha en la teoría era a las 21:30, sin embargo, no fue hasta casi una hora después cuando, por fin, pudimos disfrutar de las primeras notas de los sevillanos CATORCE, autodenominados Rock & Alternative Post-Emocore & Roll. La intro, la cual nos trasladó a una atmósfera un tanto melancólica, formaba parte de la primera canción: Iconoclasta.
Al grito de “¡Reza por verte completo! Y empieza a ver, empieza a correr. ¡Ata tu cuerpo en la noche! Y empieza a correr, empieza a correr” empezó el concierto. El público lo recibió con mucho agrado, siguiendo las letras con suma atención. En directo se pudo apreciar que, especialmente, el bajo destacaba sobre los demás instrumentos con un efecto muy parecido al de los conocidísimos Muse. Ritmos pegadizos y muy buena presencia en el escenario. Jaime, el cantante, anunció que con este concierto se cerraba la gira de su último disco ATLAS, y añadió que en diciembre lanzarán un nuevo disco del cual nos adelantarían en primicia un tema, Océana.
Con la sexta canción, Naves en llamas, se subió al escenario Kantz del grupo TENPEL formando un dúo perfecto. La voz potente de éste último contrastaba de maravilla con la calidez del líder de CATORCE, aunque he de añadir que en cuanto a presencia y movimiento Kantz le sacó bastante ventaja. Para finalizar, un último retoque de guitarra para cerrar la primera de estas tres bandas
Después de una breve pausa subieron al escenario los integrantes del grupo KERMIT. Con grandes influencias de RADIOHEAD y PINK FLOYD y pinceladas de rock melancólico empezaron su concierto, primeramente recitando poesía, aunque desde la grada no se pudo apreciar apenas, ya que hasta nosotros nos llegaba un débil hilo de voz emborronado entre las pistas y los instrumentos, una pena.
Aún así, el ambiente que creó el grupo malagueño fue impresionante. Quizá el orden de los grupos no jugó una buena pasada cuando la sala quedó reducida casi a la mitad, pero ellos no bajaron la intensidad en ningún momento y eso se apreció.
El momento cumbre ocurrió cuando Álvaro, el batería, soltó las baquetas para lanzarse a entonar algunas notas en el saxofón. El rock melancólico que crearon al principio tenía otro nuevo apellido, jazz. El género estuvo genial pero quizá poco acertado por la temática de los demás grupos. Los músicos debían ser bastante prodigiosos; unos recitaban mientras otros se intercambiaban instrumentos… todo con bastante sobriedad. Aún así, los que quedamos en la sala disfrutamos mucho de este espectáculo, a poco, curioso.
1927
Y, al fin llegó el momento que parece que todos estaban esperando: los madrileños NOTHINK. La sala se llenó casi ipso facto al verles subir al escenario y, mientras daban los últimos retoques a sus instrumentos, la gente que allí había empezaba a saltar de alegría, de impaciencia. Con sonido muy grunge y fresco dieron comienzo su concierto con Welcome to hill valley, presentándose con una voz desgarradoramente atractiva, se nota que Juan es el protagonista y el más carismático, sin desmerecer a los demás. Cambios de instrumentos con el mismo color y diseño parecido a contrarreloj con las canciones. Una de las más conocidas de este grupo, In a Row, también de las más comerciales, hizo vibrar con diferencia al público. Unos gritaban, otros bailaban, otros bebían… e incluso se hizo un pequeño moshpit inesperado, fruto del disfrute del público. Doce temas, el repertorio más extenso de todos, fueron los necesarios para cerrar la noche malagueña por todo lo alto. Buena presencia y estilo inconfundible de estos chicos que vinieron a pasárselo bien de la mejor de las maneras: hacernos disfrutar de buena música.
We live on
