Por Yaizzy
En el curro, empujando una pastilla de ibupofreno con un café solo de máquina, por el cual casi empeño un riñón. Así empieza esta crónica.
Sábado, sabadete… Salgo de currar y deseo afiliarme al sofá. Pero tocan GATILLAZO y aun, pese a las oportunidades que me ha brindado el cosmos, no he visto a Evaristo en directo en condiciones -aclaro, estando yo en condiciones-.
“¿Dónde está el autobús del Imserso?”
Comentario de mi padre nada más llegar a la sala debido al escaso relevo generacional.
Ya se puede inundar la ciudad esta noche, que yo me voy a la Sala Tótem a disfrutar de una buena noche de punk.
Pero la desgracia se cierne sobre mí, oh tragedia, se me ha olvidado el bolígrafo en casa y de entre tanta gente nadie tiene uno. ¡Viva el siglo XXI, ni un boli! Apuntaré en la memoria para no olvidarme jamás -mentira, no me da la cabeza ni para recordar qué comí ayer-.
Las 22.45 en el reloj y sobre el escenario cinco mozos haciendo punk.
Este es el relevo generacional.
La verdad es que son buenos tocando, el público -la inmensa mayoría de la vieja escuela- está más que animado.
JARAMONIK EZ muestra en el escenario querer tenerlo todo bajo control, de hecho su punk está controlado al milímetro, se notan las horas de ensayo.
Les falta algo de garra sobre las tablas, un poco de relax, dejarse llevar, improvisación, contacto con el público.
Me llama la atención la vestimenta de la banda. Todos con chándal y ropa de marca. El contraste de la música que están ejecutando versus lo que me entra por los ojos, crea un batiburrillo en mi pobre mente y comienzo a pensar en el punk como movimiento de protesta proveniente de la clase obrera allá por los años setenta. ¿Dónde están los pinchos, las tachuelas, el cuero y los elásticos rotos? ¿Los hemos cambiado por chándals Astore?
Por supuesto que he disfrutado con el bolo, me han encantado, pero hace eones que no veo un grupo que me de una torta en la frente y me diga: ¡Mira qué pintas más guapas llevamos, somos punkys y vamos a potar en tu cara!
Por favor, generaciones venideras: ¡dadme punk!
23.30 a lo largo de todo el Meridiano de Greenwich.
Esta banda telonera tiene algo más de años que la anterior. Pero esta noche, me quedo estupefacta de cómo se curran los grupos nóveles ahora sus temas para tocarlos en directo. Huele a perseverancia en la bajera con los amplis a tope.
SOFOKAOS hacen algo más que PTV (punk de toda la vida), tirando a lo que se denominaría Rock Radical Vasco. Canciones en euskera mezcladas con medios tiempos, letras de denuncia social con la voz medio limpia pero desgarrada. Quieren recordarme a Gatibu.
Se marcan una versión de KAOTIKO, hace tantos años que no la escuchaba que dudábamos si era de Kaos Etiliko o de Kaotiko. Creo recordar que también tocaron Arrapatu Arte de KORTAKU y Cualquier Día de PIPERRAK. Animando a los muertos.
Un gran acierto estas dos bandas para telonear a GATILLAZO.
Medianoche, suena la intro de El Padrino.
Casi dos horas de concierto, la sala llena hasta los topes. Hacía tiempo que no veía un concierto en esa sala tan lleno, ni cuando tocó Dirkschneider el otro día.
Perfección y pulcritud, esto es lo que puedo decir de los GATILLAZO, que rima con conciertazo y con bolazo.
Se me hace difícil recordar todas las canciones que tocaron, ya que dos horas dan para muchos temas.
Otra Canción para la Policía, Cómo Convertirse en Nada, Tortura o Esclavos del Siglo XXI son las que se me quedaron más marcadas y las que me hicieron resucitar. En los bises temas míticos de LA POLLA RECORDS como Johnny o la de Txus es un Bastardo, donde el público se enloqueció.
“Había que venir a ver al Evas, nunca sabes cuándo va a ser la última vez”.
Eso me dijo un colega antes de empezar el bolo y yo le contesto desde aquí, tenemos Evaristo para rato. Un tío con brío, energía, que se mueve en el escenario como un quinceañero. Acompañado de una banda de lujo.
Y por supuesto, siempre que la ASOCIACIÓN ARRIKUROCK siga trayendo a la puerta de nuestras casas nuevos eventos, conciertos y festivales seguirá la música viva en esta ciudad.
¡Aúpa Arrikurock!