Los conciertos son sin lugar a dudas uno de los platos fuertes de la capital española. No importa que sea lunes, sábado o miércoles, siempre hay conciertos en Madrid. Shows en los que todos los gustos tienen cabida: Pop, Electrónica, Heavy Metal, Rock, Jazz, Música clásica, lo que sea. Sin embargo, mi segundo evento musical durante mi estancia en la gran ciudad iba a ser nuevamente de Metal. Folk Metal, Viking Metal y Pagan Metal para ser exactos.
 
Era jueves en Madrid, día festivo gracias a la conmemoración anual de la Constitución española. El clima era típico de la estación en la que nos encontrábamos: el frío seco del centro de España y una ligera neblina que daba una sensación algo tétrica a la ciudad. Sin embargo, ni el frío, ni la niebla, ni el tiempo considerable que pasaríamos en el transporte público aniquilaron nuestras ganas de disfrutar de un buen concierto.
 
DRACUNUS, EKYRIAN y SURVAEL eran los grupos que componían el festival Guardianes de Yggdrassil que se celebraba por primera vez en Madrid bajo la dirección de la promotora MusicFest. Un evento que como bien su nombre indica está relacionado con aquellos subgéneros del Metal que tratan en sus temáticas el mundo del folklore ya sea en su vertiente íbera o nórdica. La prueba de ello era la variedad que aunaba en sí mismo: DRACUNUS abanderaban un Viking Metal que recordaba a los vikingos, EKYRIAN fueron los dueños esa noche del Folk Metal más melódico y SURVAEL se llevarían el premio a los más salvajes.
 
El escenario elegido para la dosis metalera fue la Sala Silikona en la zona de Moratalaz. A pesar de algunos problemas de sonido que se fueron solventando la sala estaba bien acondicionada. Aunque no dejó de llamarnos la atención que las pantallas de televisión estuvieran encendidas y retransmitiendo lo que se daba por Televisión Española, algo inusual.

DRACUNUS
 

DRACUNUS fueron los encargados de abrir el festival. Pasadas las 19:30 horas, sonaba la intro “The Throne Of The King”. Momento en el que DRACUNUS aprovechó para ultimar detalles y subirse finalmente al escenario. “The Flag Of The Dragon” daba el pistoletazo de salida al show de Viking Metal que nos tenían preparado. Solo una vez que acabó dieron inicio las presentaciones con un solo del batería que sería increpado por el gaitero Paddy: “Acaba ya coño”. Una broma que arrancó varias carcajadas y que desembocó en  tres preguntas por parte de Tony, vocalista y bajista: “¿Os gusta la fiesta? ¿Os gustan los trolls? ¿Y la cerveza? Pues esto es “Trolls Cave”.  Un tema donde la gaita de Paddy se convirtió en la protagonista.

Ordaz fue el siguiente en ser presentado de la mano del frontman de la formación, Tony. El guitarrista nos regaló un riff que no levantó ninguna queja. Unos segundos más tarde “Heathen War Horns” sonaba con fuerza y velocidad dentro de la Silikona. Una canción que entusiasmó y provocó varios headbangins por parte de un  público que estaba más que calentado.

Después le llegó el momento a Tony, bajista y vocalista que interpretó también un riff. “Esta canción va sobre el primer asalto vikingo” nos adelantaba Tony a los allí presentes. En un visto y no visto “Lindisfarne”, nombre del primer monasterio cristiano asaltado por los vikingos, aparecía en escena. Tony demostró su calidad vocal en dicho tema así como su habilidad con el bajo.

DRACUNUS, que iban vestidos con una indumentaria difícil de etiquetar, no tardaron en dar las pertinentes señales que suelen aparecer cuando un concierto se va a acabar. Sin embargo aún quedaban dos miembros por ser presentados y por ende, dos nuevas canciones. Paddy, el flautista y gaitero disfrutó de su momento de gloria. “Wooden Pints” fue la única versión que interpretaría DRACUNUS. Haciendo así su particular homenaje a Korpiklaani, DRACUNUS nos sugería que estaban a punto de terminar.

Javi, el otro guitarrista, fue el último en saborear su presentación. Nos regaló un riff y un buen ejercicio musical con “Viking Sails”. Y así con esa última embestida ponían broche a un concierto rápido y sublime. DRACUNUS se bajaban del escenario pero daban paso a EKYRIAN.

EKYRIAN

Después de la actuación de los vikingos le llegó el turno a EKYRIAN cuyo objetivo era presentar su primera maqueta Memorias del bosque. Con nueve miembros, ni uno más, ni uno menos les faltó escenario. Y no es de extrañar teniendo en cuenta que los folkies de la noche contaban con: un vocalista, dos guitarristas, un bajista, un teclista, una violinista, un batería, un gaitero y un flautista. Sin embargo, la falta de espacio no mermó su buen hacer, ni su grata actitud.

Angua” fue el tema seleccionado por EKYRIAN para abrir su show. Una canción con un inicio tranquilo que rápidamente nos explotó en los oídos y se apoderó de ellos. Pronto siguieron con “Folkyria”, donde el violín de Noelia Peña se convertía en una delicia para los allí presentes y la gente comenzaba a menear sus caderas y pies al ritmo de los instrumentos y las voces al unísono de Jorge Martín y Fran Viñuela.

Con fuerza se hizo un hueco la primera versión de EKYRIAN: “Noche de Halloween” de los gaditanos Saurom. Una canción que sin lugar a dudas fue coreada y bailada por un público completamente entregado. Sin embargo, el siguiente tema no fue tan alegre aunque sí lo fue para nosotros el papel de la flauta travesera en “Último Aliento”.

EKYRIAN venía para presentar su primera maqueta Memorias del Bosque que ha visto la luz este año, tres después de su nacimiento. No obstante con “El Capitán del Agua Triste” la fiesta volvió a la Silikona y todos empezaron a brincar sin miramientos y a bailar con ansia. Acto seguido “El cuento de la oscuridad” se presentó ante nosotros. Una pieza donde nuevamente resaltaba la increíble fuerza vocal que conforman Jorge Martín como vocalista y Roberto Pérez, Fran Viñuela, Roberto Herrera y Miguel como coros. Sin lugar a dudas la fuerza, armonía y potencia que destilaban sus cinco voces al unísono resultó algo mágico.

La segunda versión que protagonizaron EKYRIAN y que nos iba denostando el final de su actuación fue “El Atrapasueños” donde Miguel pudo apoderarse de su gaita una vez más. Versión de Mago de Öz que interpretaron con esmero para la satisfacción de un público que enloqueció aún más. Y donde además el teclado de Roberto Herrera nos deleitó con su maestría.

Con “La llegada del Krampus” por desgracia EKYRIAN se despedían de nosotros. Las guitarras de Carlos Roldán y Fran Viñuela acompañaron a la flauta de travesera de Aitor Balda y crearon una atmósfera maravillosa acompañada del violín de Noelia Peña, el teclado de Roberto Herrera, la batería de Santos Marín que marcó los tiempos; y el bajo de Roberto Pérez. Una oda a la parte más oscura de la Navidad con la figura del Krampus.

Poco a poco, uno a uno, los ocho instrumentos fueron enmudeciendo así como las voces de EKYRIAN. Finalmente nada se escuchaba. Miento, sí que se escuchó algo: los aplausos entregados de un público que coreó su nombre y pidió una más. Aunque no sería su día de suerte. EKYRIAN se marchaban pero aún nos quedaba un poquito más de caña.

 
SURVAEL
 
La Silikona se vació considerablemente, aunque gracias a este hecho los valientes que nos quedamos pudimos respirar algo de aire fresco. No obstante, ¿por qué ese vacío? Puede que por las horas. Quizás porque EKYRIAN eran los que más gente habían traído o a lo mejor por un miedo lógico a perderse el último transporte público. Quién sabe. La realidad es que el concierto de SURVAEL fue algo casi privado, de amigos, cercano y sobre todo, auténtico. 
 
Poco a poco las guitarras de David y Alex se abrían paso y conformaban las primeras notas de «The Nature’s Revenge«. La primera canción del setlist de SURVAEL y segundo de su primer disco The Savage Tales publicado el seis de octubre. Rapidez y voces al unísono fueron dos de las características claves de este tema.
 
Miguel, vocalista de SURVAEL no tardó en invitar al público a la cercanía: «Acercaos por favor«. Una vez se acortaron las distancias los madrileños, que se podrían etiquetar en un Pagan Metal cercano a un Black Metal con tintes Folk, siguieron con «Go Back Home«. Una canción cuyos riffs no pudieron más que recordarme a ese Black Metal inicial escandinavo y que resultaron excelentemente veloces.
 
«Este tema habla de nuestra tierra y de lo que tenemos que hacer con ella» nos explicaba Miguel que así presentaba «A Place In The Earth«. Algo más folkie este tema alentaba a nuestros pies a moverse y a nuestras melenas a dejarse poseer por la fiereza de SURVAEL
 
«The Green Eyes» y «Where The Sun Rises» alimentaron un setlist cargado de potencia y sobre todo, muchísima velocidad por parte de las baquetas de José,  las guitarras de David y Alex; y el bajo de Miguel. Sin olvidar, por supuesto, la excelente calidad vocal de Miguel que controlaba tanto los guturales como los gritos más agudos propios del Black Metal.
 
«Sand and Blood» invitaba a nuestras cabelleras a hacer todo tipo de movimientos con la cabeza, por no hablar de los solos de airguitar o los constantes ritmos marcados contra el suelo. Aún quedaban fuerzas y aún quedaban ganas con «Desperta Ferro» de su primer EP War Of The Wild. 
 
El final estaba vaticinado con «Wild Side Of Life» que daría paso a la última pieza de un setlist delicioso. «The Queen Of Wrath» volvía a resucitar la parte más blackera de SURVAEL. Directa a la nuca, a la yugular o al esófago. No importa como quieras llamarlo, la conclusión es que SURVAEL se despidieron dando lo mejor de sí para un público que sabiamente supo que había que quedarse. El paganismo había triunfado.