Musicalmente su último álbum continúa con la tónica que llevan siguiendo desde su cuarto disco, The Reaper, publicado en 1993, con predominio del power metal aunque sin abandonar los otros dos estilos. Healed by Metal no pasará a la historia del metal pero es un muy buen álbum, muy recomendable para los fans del grupo y para los amantes del power, el heavy y el speed metal (sobre todo del primero) y debo decir que personalmente me ha gustado mucho. Y es que se nota la veteranía de sus miembros en la calidad de la música, destacando la labor de su guitarrista Axel Ritt que se marca unos riffs y unos solos estupendos y poderosos. La música es muy potente y cañera, sin baladas ni medios tiempos pero afortunadamente también es bastante variada, con canciones que tienen distinta velocidad y distinto ritmo gracias a las diferentes influencias musicales, lo que hace entretenida su escucha. Además la producción está muy bien, dándole ese sonido típico de la banda, algo más “sucio” que el de otros grupos de power metal pero al mismo tiempo logrando que se distingan perfectamente la voz rasgada y agresiva de su cantante y todos los instrumentos sin que ninguno esté por encima de los otros. Todas las canciones están más o menos al mismo nivel pero los que más me han gustado son When the Night Falls y The Hangman’s Eye, dos temazos de power metal puro y duro.
Por ponerle alguna pega a la música diría que no es precisamente muy original ya que las canciones recuerdan a otras anteriores de Grave Digger o de otras bandas como Judas Priest en el caso de Lawbreaker, que hace que me acuerde del mítico Painkiller (aunque teniendo en cuenta su título es muy probable que sea un homenaje a los británicos). Pero esto no creo que sea un inconveniente para los fans del grupo, a los que seguramente no les haría ninguna gracia que cambiaran su estilo o se pusieran a innovar después de tanto tiempo.
En cuanto a las letras tampoco destacan por su originalidad pero aún así están bastante bien, sin que parezca que las ha escrito un adolescente como desgraciadamente le ocurre a muchas bandas, sobre todo en el power metal. Temáticamente también siguen la tónica habitual del grupo, tratando sobre el heavy metal (como en la canción que da título al disco o Ten Commandments of Metal), la guerra (como en Call for War) y en este caso principalmente el terror, tanto sobrenatural (como en The Hangman’s Eye) como realista (como en Kill Ritual).
Habría que destacar que este es el primer disco en el que cuentan con la colaboración del teclista Marcus Kniep, que sustituye a H. P. Katzenburg y que como hacía este aparecerá en las fotos y los conciertos disfrazado de la “mascota” de la banda: The Reaper (El Segador), personalización de la muerte que aparece en casi todas las portadas de sus discos.
También hay que señalar que se publicará una edición limitada con dos canciones extras: Kingdom of the Night y Bucket List.
Fecha de publicación: 13/1/2017
Sello: Napalm Records
Duración: 36: 20
Formación:
Chris Boltendahl – voz
Axel Ritt – guitarra
Jens Becker – bajo
Stefan Arnold – batería
Marcus Kniep – teclados
Portada: Gyula Havancsák
Listado de canciones:
Healed by Metal
When the Night Falls
Lawbreaker
Free Forever
Call for War
Ten Commandments of Metal
The Hangman’s Eye
Kill Ritual
Hallelujah
Laughing with the Dead