El traidor había soltado toda la información que tenía sobre nosotros a los periódicos más importantes del mundo. Es comprensible, ya que, durante décadas, para intentar que mantuviese la boca cerrada, amenazamos a su familia. En vez de amedrentarse se vengó. Consiguió sacar a sus seres queridos del país, para después despacharse a gusto con la prensa. A decir verdad, jamás pensé que un tipo como él, retraído y débil, tuviese las agallas suficientes para hacer eso. Pero bueno, todo está solucionado. Era obvio que su cara era demasiado mediática como para que desapareciera, así que lo único que se podía hacer es poner a un doble en su lugar. Anoche, de forma magistral, mis mejores hombres lo sacaron de casa. Ahora es digno de ver. Me mira con ira y miedo. Aunque claro, el hecho de que esté inmovilizado, pero no sedado, me asegura que no intentará ninguna estupidez. Le abro la boca con unos fórceps especiales, introduciéndole unos hierros. Tendrá una muerte lenta. Los metales, los estoy colocando de tal forma que no podrá alimentarse. Parece una especie de celda su cavidad oral. Qué divertido será ver como se consume…
Bienvenidos al universo de NAPALM DEATH.
No creo que a estas alturas los padres de grindcore necesiten ningún tipo de presentación. Tras treinta y siete años de carrera, quince discos de estudio y una cantidad indecente de EPs y splits, los titanes de Birmingham vuelven a la carga con un espectacular doble álbum recopilatorio. El sello que lanzó el 30 de marzo de 2018 esta obra, titulada Coded Smears and More Uncommon Slurs, ha sido Century Media Records. Durante estas esquelas, vuestra web de metal favorita, o sea Metal Korner, os brindará la oportunidad de leer su respectiva reseña. Sentaos y disfrutad de la lectura hermanos.
Pero antes de meternos en faena, recordemos si os parece su line up actual: Shane Embury (bajo), Mitch Harris (guitarra y voces), Mark “Barney” Greenway (voz) y Danny Herrera (batería).
Ahora sí, comenzamos. La compilación se centra en los años en los que el conjunto forma parte de la compañía de discos anteriormente nombrada. Más de uno estará pensando “bueno, este tipo de publicaciones en los tiempos que corren carecen de interés, a no ser que se sea un incondicional del grupo“. Pues bien, su aliciente, además de brindar unos aproximados 90 minutos de la mejor música extrema, se basa en ofrecer rarezas, caras b y covers, que en su momento vieron la luz en ediciones japonesas o limitadas de sus LPs. Además, si sois de los pocos que a pesar de que os suene el nombre de la banda, no habéis escuchado nada de su impoluto legado musical, este redondo es una manera estupenda de ver cómo se las gastan estos tíos. Si estas razones no son suficiente para que ahora mismo no tengáis al menos un mínimo de curiosidad, es que lo mismo sois más afines al techno pop latino de lo que reconocéis.
La producción es nítida y poderosa, añadiendo un artwork cuanto menos inquietante.
Los riffs, no se cómo aún no se han considerado armas de destrucción masiva. Los hallamos fluidos, pesados, trepidantes, a una cuerda y punzantes. Por supuesto, no nos faltan los instantes puramente old school hardcore, y ese toque experimental tan auténtico.
Las voces, se basan en los predominantes y característicos growls de Barney, junto con pinceladas puntuales de gritos desesperados de tintes agudos de Mitch. La batería es una apisonadora. Los feroces blasts y up tempos os producirán profundos y dolorosos cortes. Mientras que las partes a medio gas, os machacarán sin compasión.
Personalmente, destacaría… por el amor de Odín… ¡TODAS! Esto es una maravilla camaradas. ¡Ya tardáis en salir a la calle a comprarlo!