El pasado viernes día 12 de octubre de 2018 tuvimos la suerte de poder asistir a la primera fecha de los gallegos PRIMA NOCTE en su tierra tras el estreno de su nuevo disco Oniric por localidades como Jaén o Baracaldo. La cita tuvo lugar en la pequeña sala Moon, situada en el centro de la capital de Galicia, y con la compañía de dos bandas más, los también gallegos, IMPALED CORPSES e INMATES.
No era realmente una buena fecha para celebrar un concierto en Santiago debido al ambiente multitudinario de la noche anterior, previa a un día festivo nacional, y el tiempo pasado por agua que hacía su aparición después de un verano tranquilo, con buenas temperaturas y pocas lluvias en una ciudad famosa precisamente por eso, por llover. Así que no se esperaba una afluencia masiva, aun así, pocos fueron los que se atrevieron a asomar la cabeza por el local a las 21:30, hora anunciada para la apertura de puertas.
Hasta las 22:00 se dio de margen para que llegara algo más de público, y a esa hora saltaron a las tablas de la capital gallega. Los locales comienzan con Forcefed, un tema largo, pesado e instrumental con un sonido muy propio al sludge con toques de jazz que ofrece la banda. El escaso público presente se mantuvo absorto en la música casi ambiental salvo alguno que ya venía con la fiesta de casa, o del día anterior.
Para el segundo tema Aztec Warrior, y a falta de su cantante oficial que no pudo asistir, contaron con la colaboración de su amigo Zarpa a las voces quien cumplió en su papel, aunque la banda en mi opinión, lleve mejor el trío instrumental. Continúan con Magma Rice, y Pablo, su batería, sigue llevando gran parte de la responsabilidad de la formación en directo, siendo el más animado de cara al público, al igual que este tercer tema de INMATES, incluido en su trabajo de nombre homónimo, que hace que los presentes nos movamos como hipnotizados.
Antes de despedirse, avisan de que tocarán un último tema, F4t para el que se sube Zarpa de nuevo al escenario. Escaso el tiempo para una banda con temas tan largos, pero el sonido y la actitud fueron buenos para lo que acostumbra la sala.
Mientras se hacen los debidos cambios en el escenario, unos aprovechan para pedir algo en la barra al ritmo de los directos de MOONSPELL que sonaban entre bandas, y otros disfrutábamos de nuestro tabaco pasando fresco en la puerta del recinto, pero sin mucha tardanza ya que se empezaron a escuchar los primeros acordes de PRIMA NOCTE, cabezas del concierto de hoy, pero que cambiaron el orden con IMPALED CORPSES a última hora para el evento.
Con la intro Stage 1 que abre su más reciente trabajo Oniric, saltan todos los integrantes de la banda nacida en Cambados (Pontevedra). Con una estética a lo Mad Max muy llamativa, sobretodo su batería con los ojos en blanco, los músicos aparecen con ropas gastadas, oscuras y caras manchadas, mientras que Pilar, su vocalista, ponía la gota de luz en contra con un vestido blanco de corte medieval. Desde el primer acorde ya se nota la diferencia de estilo con la banda anterior, y el todavía escaso público, ya se mueve algo más al ritmo de las canciones que se van alternando desde el escenario. Metal que cabalga entre el folk y el death melódico con toques de estilos más alternativos, como puede ser el progresivo o el rock por momentos, pero ejecutado de forma brillante por todos sus miembros.
Pilar está en muy buena forma y lleva a cabo la interpretación de los temas a la perfección, aunque quizá los amantes de los sonidos más duros echemos de menos algún gutural metido en los coros o en alguna futura colaboración que, en mi opinión, le daría algo más a esta banda para llegar a más gente. Según se va animando la banda, se van animando los presentes, pocos, pero bastante activos. Para el momento de tocar el single Embrace your Soul, su vocalista muestra su lado más emotivo pidiendo a los presentes que le dediquen la siguiente pieza a sus seres queridos que ya no están entre nosotros. Un momento un poco moñas que, seguro que delante de una multitud puede quedar bien, pero que en salas con poco público me pareció excesivo, aunque para nada fuera de lugar.
Las canciones se van sucediendo mientras la gente se lo pasa en grande, pese a no gozar de muy buen sonido, los presentes, que ya tienen asimilado el historial acústico de la sala, hacen oídos sordos y continúan bailando y disfrutando de lo que ven y oyen. Particularmente, yo resaltaría la canción The Chase, que sonó poco antes del final y que me recordó a la banda alemana GUANO APES, con un groove que no dejaría a nadie quieto en su sitio. Poco después de cumplirse la hora desde que empezaran a sonar, cierran el concierto, no sin antes agradecer a todas las bandas y a los presentes.
Diez minutos sobre la medianoche, casi el mismo tiempo que duró el cambio entre bandas, hacía acto de presencia IMPALED CORPSES, con parte del público aún volviendo a sus puestos, y con alguna cara más entre los asistentes. Aparecía la banda seguida de su vocalista Héitor, envuelto en una túnica negra, con una capucha dejando entrever la pintura facial que daba la imagen de calavera a su cara, y con el micro haciendo a la vez de báculo en la mano.
Sin más dilación, y sin sacarse siquiera la túnica que lo cubría, comienzan el show con Howling Wind y Putrid Bones. El resto de los integrantes de la banda llevan la cara pintada, pero Héitor, gracias a la sesión de chapa y pintura a cargo de Cary Barandela, parecía un auténtico esqueleto, y más cuando a la altura del tercer tema, Morte Vaite, se deshace de la túnica y se lanza al público empuñando un látigo y arremetiendo contra los presentes.
El recital continúa sonando temas como Eterna loita, Satanic Patrol o Cidade sen Lei, entre los que Héitor, que no para quieto un segundo, se tropieza con el mástil del bajo de su compañero sin sufrir mayor percance que arrancar unas risas a los presentes.
No podían faltar los bailes imitando a un cangrejo del joven vocalista gallego para terminar de sacar las carcajadas del público hasta el momento de escuchar Madness Inside en la cual la banda deja un micro abierto para que los que quieran se sumen a cantar, gritar o a lo que surja, y claro, no podían faltar Zarpa y Pablo de INMATES quienes, con unas cervezas ya volcadas después de su show, se animaron a soltar algún berrido y gutural que quedó como anécdota si analizamos la panorámica de la situación con Héitor poniéndose en la piel de King Diamond bailando muiñeiras entre el público.
El concierto, y la velada en la sala, terminó con Mental Devastation y con todo el público presente contento con el espectáculo que habíamos presenciado esa noche en la capital de Galicia.