El pasado 18 de febrero la música en directo volvió a Granada, concretamente al Centro Cultural CajaGranada, una sala con una ubicación excelente y una gran acústica, la cual nos dejó deleitarnos del tercer concierto de la gira de TOUNDRA en la que están presentando su último trabajo Hex (puedes leer nuestra review en este enlace). Lo organizaba Proexa, a quien queremos dar las gracias por facilitar nuestro trabajo en todo momento.
Y es que si hablamos de rock/metal instrumental, el cuarteto formado por Esteban Girón (guitarrista), Alberto Tocados (bajo), David López “Macón” (guitarra) y Alex Pérez (batería), es referencia absoluta en el panorama nacional y toda una experiencia el verles actuar sobre las tablas de un escenario, inmersos en sus instrumentos y en trasladarnos lo que ellos sienten al hacer música, una conexión difícil de explicar y que recomiendo a todo amante de la música a experimentar.
Tras diez minutos de cortesía, la sala lucía con un aforo medio, un público esparcido y espaciado, lo que daba la sensación de estar más de mediada, y es que con esto del covid aún hay mucha gente reacia a estos eventos, aunque por suerte cada vez se va asistiendo más y más a los actos culturales. Una alegría fue el estar de pie en una sala en la que con anterioridad había estado en otro concierto sentado, además de poder consumir a unos precios razonables, precios como los que tiene el merchandising de TOUNDRA… sobresalientes ambos.
La trilogía El odio nos dio la bienvenida, un combo que es perfecto para meternos de lleno a través de sus 20 minutos de dolor, amor y pasión en un concierto que iba a más a pasos agigantados, tanto por parte de los asistentes que se dejaban llenar de música moviéndose y divirtiéndose con cada subida tonal, como por parte de la banda, cada vez más activos sobre las tablas, animando y disfrutando, además de dejarnos algún mensaje a través de las pastillas de la guitarra de Esteban.
Y es que este último trabajo, del que también sonaron Watt o La larga marcha solo certifican que TOUNDRA sigue creciendo con un álbum continuista pero en el que dan varios pasos agigantados por delante. ¿Qué nos tendrán preparado para un futuro, esperemos que no muy lejano?
Kitsune irrumpió con fuerza, un tema progresivo que lentamente se apodera de ti y que brilla con luz propia, donde el combo de guitarras que se compenetran a la perfección, al igual que en Bizancio con esa explosión repleta de energía en un vaivén continuo de emociones, tal y como es la música de TOUNDRA.
También sonaron dos temazos como son Tuareg y Zanzíbar, cada una con sus paisajes eléctricos personalizados, la primera es una delicia verla interpretar en directo con una percusión bestial, la segunda no se queda atrás y le da ese toque de potencia que siempre deja un muy buen sabor de boca, donde las armonías comandan los riffs principales y el cuarteto se deja la piel sobre las tablas.
Tras una retirada del escenario y agradecer a los asistentes su apoyo durante el mismo, volvieron a las tablas para dejarnos algunos de sus clásicos como Cobra y Cielo negro, con las que pusieron el punto y final a una noche brillante, repleta de elegancia y humildad, todo esto tras repartir púas entre las primeras filas y salir después a la zona del merchand para saludar a los rezagados que los esperaban. TOUNDRA tiene una larga vida por delante.
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