El viernes 7 de octubre tuvimos en Madrid una cita musical de esas consideradas imprescindibles. El Route Resurrection organizado por la gente del Resurrection Fest hacia escala en el Palacio de Vistalegre con THE HALO EFFECT, AMON AMARTH Y MACHINE HEAD en el cartel.
Eso sí, los horarios fueron más tempraneros de lo habitual y todo se desarrolló entre las 18:25 momento en que THE HALO EFFECT se subía a las tablas y las 22:30 cuando MACHINE HEAD se despedía del público. Pero, comencemos por el principio.

 

La tarde comenzaba con THE HALO EFFECT, un nuevo combo de death metal melódico, aunque lo de nuevo es relativo, puesto que sus 5 integrantes tienen una dilatada experiencia en grupos como In Flames o Dark Tranquillity. Tal vez por eso, cuando pudimos acceder al recinto, con el concierto ya empezado, nos encontramos con una gran cantidad de gente, algo que no suele ser habitual con los teloneros.

 

Contaron con un simple telón de fondo y un juego de luces en color verde para acompañarles mientras nos presentaron 7 de los temas de su disco de debut, Days of the lost, publicado el pasado agosto. Con temas como Feel what I believe es imposible no retrotraerse al pasado. Estoy seguro que hay gente que piensa que canciones como esta son las que debería haber hecho In Flames en los últimos años.

 

En directo no contaron con todos sus miembros. Estaban Niclas Engelin (guitarra), Peter Iwers (bajo), Mikael Stanne (cantante), Daniel Svensson (batería) pero Jesper Strömblad (guitarra) fue sustituido por Patrik Jensen tal y como nos hizo saber Mikael.

Dejaron para el final la que tal vez sea su canción más redonda hasta el momento, su primer single, Shadowminds, con el que presentaron al grupo en sociedad.

Canciones interpretadas por THE HALO EFFECT
Days of the Lost
The Needless End
Gateways
Feel What I Believe
Last of Our Kind
Conditional
Shadowminds

 

En esta gira hay dos cabezas de cartel que se van alternando cada día. En Madrid tocaba que AMON AMARTH fueran los siguientes en salir a escena.

Un gran telón ocultaba lo que se estaba preparando en el escenario. A la hora prevista y tras un par de intros, Run to the hills de Iron Maiden y una canción de intro propia de la banda, cayó el telón y el quinteto sueco nos golpeó con Guardians of Asgard. Llamaba mucho la atención la escenografía con un par de vikingos gigantes situados en los laterales del escenario y por supuesto el casco con cuernos (que no vikingo, pero eso es otra historia) sobre la que se encontraba la batería de Jocke Wallgren. El casco tenía un par de pantallas en las aberturas de los ojos e iba mostrando diferentes animaciones en cada canción. La apisonadora sónica siguió a toda potencia con Raven’s flight así como las descargas de fuego para calentar todavía más el ambiente.

 

 

 

 

 

Antes del tercer tema su cantante, Johan Hegg, chapurreó algunas pequeñas frases en español (“fiesta fiesta”… ¿Cómo están amigos?”) para después presentarnos a Loki, que acompañó al grupo durante Deceiver of the gods. El dios del engaño llevaba un casco con cuernos y blandía una lanza mientras deambulaba por el escenario.

 

El cuarto tema fue inmediatamente reconocido por todos los presentes en cuanto sonó el guitarreo de The pursuit of vikings y se pusieron a corear al ritmo de la música. Para este tema AMON AMARTH no recurrió a ninguna parafernalia. Cubrieron el expediente de presentar su último disco con dos canciones que tocaron de manera consecutiva, The Great Heathen Army (que también da título al disco) y Heidrun. Sin duda, este par de temas fueron los que menos entusiasmo despertaron entre el público.

Tras Destroyer of the universe, canción que nos habla de Surtur, la decoración del escenario cambió. Aparecieron un par de mascarones de proa de drakkars vikingos y el telón de fondo pasó de un ejército vikingo a unos drakkars en una tormenta.
Con Put your back into the oar pusieron a remar a gran cantidad de los presentes. (No viene mal hacer un poco de ejercicio a ver si se logra quemar algo de las cervezas).

 

 

En The way of vikings tuvimos una pelea a muerte entre vikingos e incluso vimos como el ganador arrastró el cadáver del otro fuera del escenario. Los vikingos regresaron en Shield Wall si bien se limitaron a adoptar una pose amenazadora durante el tema. El concierto estaba llegando a su fin, era el momento de que los 5 músicos suecos, además del personal de su equipo alzaran los cuernos en honor del público presente ¡Skol! Podéis imaginaros que el tema que interpretaron después fue Raise your horns. En este caso cambiaron el fuego por confeti

Para los bises dejaron su Twilight of the thunder god no sin antes sacar la serpiente gigante Jörmungandr. Este tema trata sobre el duelo entre Thor y dicha serpiente por lo que Johan Hegg portaba el martillo Mjolnir y lo utilizó a conciencia para derrotar a la maligna serpiente en medio de chispas y fuego.

La verdad es que el concierto pasó volando. El grupo hizo un gran despliegue de medios durante toda la actuación, contaron con gran sonido y un buen juego de luces. Sin duda el público se quedó con ganas de más.

 

Un nuevo telón volvía a cubrir la visión del escenario mientras retiraban todo el material de AMON AMARTH e instalaban el equipo de MACHINE HEAD. Esta era la banda que más ganas tenía de ver. Me había perdido su gira aniversario del Burn my eyes ya que se canceló por el Covid y no quería pasar más tiempo sin ver a Robb Flynn y a sus compañeros de aventuras. No sé si sabéis que desde 2019 el polaco Wacław “Vogg” Kiełtyka es su guitarrista y Matt Alston su batería. El otro miembro es el bajista Jared MacEachern que lleva 9 años en la banda por lo que ya le había visto en alguna gira anterior.

A eso de las 21:10 cayó el telón, Robb Flynn nos preguntó si estábamos listo y unos potentes focos a la espalda del cuarteto nos deslumbraron mientras BECØME THE FIRESTØRM entraba en nuestros oídos y llegaba hasta nuestro cerebro. Flynn quería máxima intensidad desde el principio y reclamó un circle pit por parte del público.

 

 

 

 

Pasaron a continuación a interpretar Imperium no sin antes pedirnos que alzáramos nuestros puños al aire. El tercer tema nos lo presentó como una canción de su segundo álbum de 1997. El genial Ten ton hammer volvió a caer una vez más sobre nuestras cabezas. ¡Este tema no ha envejecido nada!

 

 

Gracias Madrid” fue casi lo único que nos dijo en la pequeña pausa entre temas antes de que el escenario se tiñera de rojo sangre. No había mejor color de los focos para acompañar la letanía de Sangre sani con la que comienza la brutal I am Hell (sonata in C#).

Volvieron a su último disco con CHØKE ØN THE ASHES ØF YØUR HATE, que no suena mal pero me pareció lo más flojo del concierto. Afortunadamente la promoción del nuevo disco concluyó ahí.

Para el siguiente tema Robb Flynn se colgó una guitarra acústica y mientras tocaba algunas notas nos contaba que perdió a su madre por el covid y que el tema que venía a continuación trataba sobre la depresión. A estas alturas ya sabíamos (casi) todos que tocaba Darkness within.

La música de violines nos indicaba que a continuación le tocaba a Now we die. Con este tema cubrieron el disco Bloodstone & diamonds y es que en esta gira el setlist parece repasar todos sus discos obviando el infame Superchargerde 2001 y Catharsisde 2018.

 

 

 

Flynn se puso a rapear como hizo por primera vez en 1999 con el tema From this day, mientras nos incitaba a agitar la cabeza con su mano arriba y abajo, arriba y abajo… o a levantar los puños. Pasan los años, pero los gestos de Robb sobre el escenario no cambian. También vimos llamaradas acompañando este tema.

 

 

Si llamas hubo en el anterior, en Davidian tuvimos muchas más. El tema con el que MACHINE HEAD se dio a conocer en 1994 y que trata sobre el asedio a una secta de davidianos en un rancho en Waco (Texas) que concluyó con un tremendo incendio no podía faltar en el repertorio.

 

Le hizo un pequeño homenaje a sus admirados Slayer en la forma de South of heaven de la que interpretaron una pequeña parte antes de ponerse a lanzarle cervezas a una chica que destacaba por encima del público y que a la segunda ya pudo capturarla y echarse un trago.

 

¿Y qué tema dejaron para el final? Varios de los temas que ya habían sonado podrían haber ocupado este lugar de privilegio, pero MACHINE fuckin’ HEAD tenía un último as en la manga, Halo, en la que el lenguaraz Robb Flynn criticó una vez más a la religión organizada.

 

Tras poco más de hora y cuarto de actuación se apagaron definitivamente los deslumbrantes focos de Machine Head y era el momento de buscar la salida. Mientras caminábamos hacia el metro no podía dejar de pensar en lo grande que es Flynn y lo bien que siguen sonando el grupo con independencia de los miembros que lo formen.

Fue una extraordinaria tarde-noche de metal y probablemente esta sea la mejor gira del año en nuestro país.

Autores:

Redactor

Mattogrosso

Autores:

Redactor y fotógrafo

Miguel Alegre