Por Vir Cave Canem
Fotografías de Jaime Mareridt
El pasado sábado 29 de octubre pudimos ser testigos del concierto que BOLU2 DEATH, THE FALL OF ATLANTIS y BLOOM dieron en la sala Mon de Madrid.
La sala comenzó a llenarse, muy lentamente, para alcanzar un tercio de su aforo aunque se notaba un ambiente distendido, casi familiar y con ganas de pasar un buen rato. Notable la media de edad donde los extremos contrastaban entre un público bastante joven y otro público con una edad un poquito mayor. El escenario lucía preparado y a oscuras se vislumbraban retales de luces azuladas que creaban escena. Los de Torrejón de Ardoz, BLOOM, abrían el espectáculo y en una modesta entrada subieron a escena levantando algunos vítores entre amigos y fans de la banda.
La escena poco cambió de color, solo de espíritu y aura, puesto que la banda abrió el show manteniendo el escenario a oscuras en un entorno intimista donde las luces azules se combinaban con una amalgama de claroscuros dando lugar a una atmosfera oscura, compleja y tétrica que era acompañada por los ritmos lentos y pausados de sus canciones lentas que se desarrollaban entre riffs rápidos, y golpes contundentes.
Para quien no los conozca, BLOOM se trata de una banda muy joven de gropove metal/progresivo madrileña, con un sonido en el que pudimos ver influencias de diferentes grupos relacionados con estos subgéneros de música, como son por ejemplo Gojira, Tool, Deftones, Meshuggah etc. El proyecto formado por los los dos guitarristas Eduardo Cachero y Manuel Camacho ocurrió organizadamente creando y desarrollando este sonido que comentamos, para alcanzar el estatus de banda con la suma de Luis a la batería, Juanjo al bajo y Víctor a la voz como formación que mantienen en la actualidad. En este concierto nos presentaron su álbum Project 20, desarrollado durante la pandemia del COVID y el cual cual, en palabras de la banda a las que tuvimos acceso, ha sido inspirado por la esencia de algunos álbumes del progresivo clásico y el movimiento “avant garde”.
La banda abrió con un nuevo tema llamado Perfect Blue. A partir de ahí su Project 20 fue sonando alternando con sus nuevas composiciones que aún no han publicado oficialmente. Canciones complejas que se desarrollaban entre precisos punteos de bajo y golpes de caja en contraste con pesados y oscuros riffs que marcaban las reglas del “aquí y ahora”. Una enorme energía oscura sónica que contrastaba con la enorme calma que desprendía su vocalista Victor, orquestando lo que sucedía a su alrededor en una simulación sónica controlada.
Aunque su juventud pudo hacerse notar en algún momento de la actuación en cuando a escenografía y rigidez en el directo, el sonido y su ejecuciones fueron buenos, al basarse en cimientos solidos de un estilo con personalidad y un proyecto lque seguro es augura una interesante trayectoria por delante, sumadas al aderezo de una enorme ganas e ilusión hacia el público de subir al escenario y demostrar lo que bien saben hacer.
Tras el final del show de BLOOM llegaron THE FALL OF ATLANTIS, banda ya podríamos decir mítica de la escena metalcore nacional, puesto que desde 2012 llevan dando caña en su propuesta entre metalcore/deathcore/electrónica. La banda madrileña demostró lo que ya nos tiene acostumbrados, desde el minuto uno, con su elaborada y cuidada puesta en escena de temática oriental. Unas barras verticales de LEDs de colores harían la escenografía y pondrían color en conjunto a su cuidada uniformidad estética “Tang” que nos llevaba a recordar a la cultura tradicional asiática.
Su larga trayectoria en escenarios y su cuidada y mimada producción arrancaron más de un sobresalto cuando estallaron como un rugido para dar un show muy correcto y bien controlado en su producción. Y es que con BLOOM nos encontramos una atmosfera entre blanco y negro para pasar a una explosión de colores rojos en los que encontramos energía y potencia: desde los breakdowns más potentes y rompedores a melodías muy bien pensadas y pegadizas de las que se meten a fuego en la cabeza. Un setlist marca de la casa viajando por numerosos cambios de estilo y registro en una mezcla única tema por tema con una producción elaborada vocales, sintetizadores y pianos.
Su cantante, Eloy, ataviado con una máscara Oni roja, sumada a su potentísima voz gutural, le hacían de su figura una estética de demonio, conseguían elevar al personaje evocando una criatura que se tornaba muy viva, muy real y muy “chunga”. La amplia trayectoria de la banda se notó, animaron a su público en un show variado y bien planteado donde sus canciones al más puro estilo metalcore contrastan entre guturales crudos y sucios con guitarras melódicas y voces corales limpias
Un ambiente muy impactante en el que se entregaron al público, sudaron, se movieron y disfrutaron, algo que desde abajo se notó desde el primer minuto para deleite del público, entre los que pudimos ver algunos veteranos y personalidades ya de la escena arrancaron con los temas de su ya clásico Secrets of Dzyan y hasta su más reciente tema Mercury.
El final de la noche llegó con los aclamados BOLU2 DEATH, la banda andaluza conocida por su sonido depurado y su interesante mezcla entre electrónica hardcore y flamenco.
Había ganas y la gente estaba lista para la interesante energía adrenalínica que con su “arte” los onubenses nos demuestran. Arrancando con mucha garra y pasión, los cuatro de la formación arrancaron para entregarse completamente al público. Su setlist, con una mezcla de todos sus grandes éxitos iba sobre seguro y con una propuesta perfectamente maridada con la electrónica y agresividad del hardcore de la actuación anterior. El grupo subió marcando territorio y se les notaba sueltos, cómodos y confiados, como un torbellino arrollador de pasión y “duende”. Nace, crece, muere o Jugando a ser dios nos gustaron mucho desde el público.
Pronto los problemas técnicos llegaron, una ejecución técnica que no hacía justicia a la entrega de los andaluces que trataron de darlo todo a pesar de unos micrófonos que se negaban a cooperar fastidiando un par de temas. En cierto momento la actuación tuvo que parar para corregir el problema, con el visible enfado de los musicos y un público empático totalmente entregado a la banda que solo quería disfrutar y corresponder a la entrega de la banda.
El enfado de estos problemas, al ser solucionados, se transformó en ira, energía y fuego y pronto llegaron los temas más pastilleros. Mención especial a Smack My Bitch Up de The Prodigy que versionaron y una apuesta por versionar Pienso en tu mirá de Rosalía que marcó caras de sorpresa y que para nuestro gusto fue fantásticamente ejecutada en el estilo de los BOLU2.
Por ultimo cerraron con la tan ansiada Dance-Core Party y es que este tema nos encanta y nos parece imprescindible en cualquier fiesta que se precie si eres o estas en alguna fiesta de la escena. Y así fue, colofón feliz final para una actuación correcta, aunque agridulce en las caras de la banda, que preferimos recordar por lo bien que lo pasamos.