Crónica:  Juan Ángel Martos 

Fotografías: Andrea Rodríguez y Resurrection Fest

 

El segundo día de festival amaneció nublado y con algunas gotas de agua que se agradecieron, un día fresquito, perfecto para lo que se avecinaba desde primera hora. El desayuno fue con BELLAKO, como adelantaba un video de su Instagram junto a Sagan de UMMO en el que se veía como tiraban sobaos y magdalenas a la cámara, lo mismo que hicieron al público durante el show.

 

 

Y es que verles en directo es una experiencia adrenalínica, llenando por completo el Main Stage de lado a lado, incluso escalando una de las torres laterales para tocar la guitarra a unos 10 metros de altura y saltando sobre el público. Roy y Pal en las guitarras son auténticas bestias, así como Rober, desatado en las voces, demostrando que a la banda no hay escenario que se le atragante. Dieron una tremenda fumada a todo el que se acercó a primera hora que sería más de un millar de personas. El público sabía lo que le esperaba para despertar, pogos, circle pits y una fiesta del copón, junto a Sagan que vino a redondear la actuación.

 

Canciones interpretadas:

No Volverás

Éxtasis en el Infierno

Pollos Radioactivos

Trepanación

El Nieto

Planta Madre

Humo

En Nombre de la Muerte

La Vida es Perra

Siglo XXI

Pobre Rico

Al Infierno

Hazte Otro

A Fallo

 

 

Tenia ganas de ver a los catalanes ANKOR, una banda que ha subido como la espuma y se ha metido dentro de todos los festivales importantes de Europa. Esta era su primera vez en Resurrection Fest y dejó un muy buen sabor de boca con su metal moderno. La británica Jessie Williams es su cara más visible y despliega una presencia escénica y vocal de un gran nivel, conjugando melodías y agresividad y enseñándonos los últimos temas lanzados como Darkbeat, Stereo, Oblivion o clásicos como Prisioner y White Dragon. El cuarteto hizo una muy buena puesta en escena y contó con un gran sonido, por algo están destacando en el underground y se está convirtiendo en una de las bandas más importantes a nivel nacional. Mención aparte el currazo de la batería Eleni, toda una apisonadora.

 

 

 

Otra de las sorpresas del día fue PEST CONTROL. Me acerqué para ver solo un par de canciones y me quedé el concierto completo en primera fila. No hubo mucha gente, pero los que estuvimos arropamos al grupo en cada corte (unas 1000-1500 personas). Su crossover/thrash metal, comandado por Lea Massey-Hay, no dejaba ningún respiro con cortes adrenalínicos como Masquerade Party, Buggin’ Out o The Great Deceiver.

 

 

 

Otras de las bandas que pisaban por primera vez España Fueron COUNTERPARTS y URNE, dando sendos bolazos cada uno en su estilo. Los primeros crean un metalcore/hardcore emocional y visceral. Llevan en activo desde 2007 y con 7 álbumes a sus espaldas no son desconocidos, pero por circunstancias nunca habían visitado nuestro país y se notó con un Main Stage casi abarrotado. Se sucedían los crowdsurfings mientras sonaban temazos como Choke, No Servant Of Mine, Monument o Whisper of Your Death y Brendan Murphy daba las gracias por la acogida.

 

 

 

Del otro lado, el grupo británico URNE desplegó un sonido más oscuro con un poderoso stoner/sludge sobre un escenario sobrio envuelto en una lona con la portada de su ultimo trabajo A Feast on Sorrow. El concierto se centró en este trabajo, demostrando ser un trío demoledor y contundente. Solo con tres músicos: Angus Neyra (guitarra), Joe Nally (voz y bajo) y James Cook (batería) demostraron ser una apisonadora. Introducen esos elementos core, como melodías y algún sample que les da un toque de distinción sobre el resto. Otro descubrimiento apuntado y al que seguiré de aquí en adelante.

 

Canciones Interpretadas:

Serpent & Spirit

Becoming the Ocean

To Die Twice

The Burden

A Feast on Sorrow

Desolate Heart

 

 

Era el turno de sir BRUCE DICKINSON y su proyecto en solitario, The Mandrake Project, quizás menos conocido por todos. Siempre es un placer escucharle cantar. A pesar de sus 65 años y con cientos y cientos de conciertos a sus espaldas está en un estado de forma pletórico. Como bien dijo en el escenario, es un álbum conceptual sobre la historia de un científico que quiere atravesar las dimensiones y el tiempo, que musicalmente suena fresco y metalero. Aunque ese día la gente había ido a ver a BRING ME THE HORIZON, el escenario principal estaba a rebosar. La calidad estaba asegurada y la sorpresa de muchos fue cuando sonaron la enorme Tears Of The Dragon o The Alchemist, de sus anteriores trabajos en solitario, dos auténticas joyas. También se produjo algún momento esperpéntico como el solo de theremín, el lapsus de agradecer al Basque Country o el toque de bongos que no pegaban para nada. Pero al sir, se le perdona todo. Dio un gran directo como siempre.

 

 

DELAIN puso después la nota de metal sinfónico con tintes góticos modernos en el Ritual Stage. La verdad es que tanto el sonido como la puesta en escena y la frescura que se sentía en su música se agradeció. La banda cuenta en sus filas con Diana Leah y su voz angelical repleta de potencia, que alterna con pinceladas guturales dadas por Ronal Landa, también guitarra, encajando a la perfección. Cortes como Burning Bridges, The Quest and the Curse, Invidia o Suckerpunch recargaron las pilas para la traca final.

 

 

BRING ME THE HORIZON volvía de nuevo a las tablas de Viveiro con su nueva experiencia futurística POST HUMAN: Nex Gen, que en forma de IA, en las pantallas del escenario daba la bienvenida y analizaba a los humanos para destruirlos (no sería el único que utilizaba el recurso tan de moda la IA para su concepto visual). Un show más comedido y con una producción más sencilla que año atrás, pero que a sus fieles seguidores les daba igual, con tener cerca a Oliver Sykes bastaba. El show fue más que correcto, con unos audiovisuales muy bien trabajados y unas canciones nuevas que funcionaron a la perfección, sin dejar de lado el fuego y los cañones de humo, así como el momento en el que Oliver se bajó al público con una cámara para cantar junto a todos los fans. Darkside, Kool-Aid, Top 10 Statues that Cried Blood, sonaron a la perfección, intercalándose con momentazos esperados por todos como Teardrops, Parasite Eve, Can You Feel My Heart o Throne que no podían faltar.

 

 

SCOWL fue otra de esas bandas que siendo desconocidas para mi me acabaron volando la cabeza con un directazo, en un abarrotado Chaos Stage, cargado de hardcore con tintes rockeros gracias entre otras cosas a una frontwoman espectacular, Kat Moss. Salió con un vestido rojo, muy tranquila y con poses de maniquí, pero con las primeras notas de guitarra de Retail Hell se desató la locura. Lo que le hace diferente es ese rollo rockero que les da a sus canciones como Psychic Dance Routine o Shot Down, para luego descolocarnos y quemarnos las neuronas con los cambios acelerados y punkarras en temas como Roots o Fuck Around. SCOWL es una banda que tienes que ver una vez en la vida en directo.

 

 

 

Para muchos el cabeza de cartel de ese día ya había actuado, pero en realidad lo era HIGH ON FIRE.  El trío de músicos brillantes, con su líder Matt Pike, que perfectamente podría haber salido de la serie Narcos, un bajo inconmensurable a cargo de Jeff Matz y una percusión enfermiza por Coady Willis nos lanzó un sonido ensordecedor. Eso sí la mayoría de publico que se apretujó para ver a BMTH se había marchado ya y no sabe lo que se perdió. El bolazo de stoner/sludge fue memorable en un Main Stage que estaba a medio llenar de público.

 

La puesta en escena fue sobria y sencilla ya que la verdadera alma estaba en su música. Algunos de los temas destacados fueron Karanlik Yol, la apoteósica Turk, Cometh the Storm o la aclamada Snakes for the Divine. Un directo que siempre recordaré.

 

 

 

Ante el cansancio acumulado me quedé a ver solo dos o tres canciones de IHSAHN. Esperaba más en directo, pues se me hizo muy monótono y no contó con el mejor sonido de la noche. Y de camino al bus me paré a ver algo de BOB VYLAN, punk/rap con letras sociales que tenia el Chaos Stage abarrotado.