Por Rafa González (texto) y Erik Gustafsson (fotografía)

 

 

El sábado 23 de marzo Gotemburgo acogía un concierto de cinco bandas en la esfera del black metal. Esta vez el lugar escogido no era una sala como tal, sino el local donde se celebran la mayoría de raves en la ciudad, el Ringö Arena. Esto provocó una situación bastante pintoresca, y es que, debido a la legislación sueca sobre el alcohol, en el lugar del concierto no se vendían bebidas alcohólicas de volumen superior a 3,5%. Si uno quería beber algo serio, tenía que atravesar una cancha de pádel hasta llegar al bar de dicho negocio. Fue divertido ver el contraste entre la gente que iba a jugar al pádel y la que iba a ver a NECROPHOBIC

 

 

El tiempo de beber se alargó sustancialmente, ya que SERIMOSA, la primera banda, empezó con más de una hora de retraso. Sin embargo, aún se veía poca gente en el lugar. 

 

 

Lo primero que vimos de SERIMOSA fue cómo su cantante salía al escenario con una hoz y unas bolas de incienso. Eso junto al corpsepaint, las velas y la calavera que adornaba su pie de micro terminó de dar al lugar una atmósfera ritualística. Su black metal es lento y siniestro, llegando a sonar melancólico a ratos. La voz es menos aguda de lo normal, y el sonido es en general muy crudo, muy clásico; intercambiando partes muy parsimoniosas con otras más agresivas. El resultado evocaba en mi cabeza la imagen de la niebla que se ve en el horizonte del campo de batalla antes de la carga de la caballería bárbara.

 

 

Después de poner por los altavoces una música clásica épica de fondo, empezaba su set WOLFCROSS. Tenía ganas de verlos, ya que cuando escuché su álbum From the North, me enamoré tanto de su música como de su imaginería. 

 

 

Hacen un black metal un poco thrashero pero con un fondo bastante melódico. Por un lado, el imparable doble bombo de la batería percutía tan fuerte que resonaba en el pecho de todos nosotros. Y por otro, las dos guitarras turnaban riffs simples, pero destructivos con agudas melodías.  Banda muy buena para el headbanging que ocasionó el único pequeño mosh pit de la noche.

 

 

La tercera banda, HEDON, también llama la atención por su sublime imaginería. Aparte de sus dibujos, salieron con unos estandartes hechos con palos en forma de cruz coronados por una cabeza de una cabra. 

 

 

Su música es black/death metal. En las que son más tipo death, los vocales son absolutamente brutales y los riffs son especialmente lentos y pesados. En las más tipo black, la voz es un poco más aguda y hay más melodía, pero sin abandonar la pesadez y amargura general. Para este show la sala estaba visiblemente más llena.

 

 

El siguiente descanso se alargó más de lo previsto, ya que parece que habían dificultades a la hora de montar la batería. Este retraso sumado al previo provocó la decisión de colocar la actuación de NECROPHOBIC antes que la de MYRONATH.

 

 

NECROPHOBIC entraron en escena llenos de cuero y tachuelas, además de con su corpsepaint minimalista. Desde el primer momento llamó mucho la atención su seguridad encima del escenario. Sus gestos, las miradas maoríes que lanzan al público, su dinámico movimiento… Estaban que se comían el mundo, y eso que es una banda veterana. 

 

 

Empezaron siendo una especie de black/death melódico, pero da la impresión de que hoy en día son más black que death, y también más melódicos que antes. Sin embargo, se pudo escuchar de todo, ya que a pesar de que fueron a presentar su último álbum In the Twilight Grey, también tocaron bastantes temas del The Nocturnal Silence y el Darkside. Es una banda muy especial, ya que tiene un punto mágico e hipnotizante que resulta en una majestuosidad que pocas bandas son capaces de imitar.

 

 

MYRONATH empezó su concierto pasadas las 12, lo que, para estándares suecos, es extremadamente tarde. Su escenografía es impactante. Tenían montado un altar pagano en el escenario con huesos, velas y una bandera. También llama mucho la atención el atuendo de Hellcommander, el frontman; ya que lleva lentillas y sangre desparramada sobre la cabeza, además de unas super botas de cuero llenas de cadenas. 

 

 

Musicalmente, su black metal es tal vez más puro y tradicional que el del resto de bandas, haciendo un uso casi perpetuo de trémolo picking y añadiendo notas disonantes a lo Freezing Moon de MAYHEM. Suenan muy gélidos y maléficos, y su uso del latín les termina de dar una imagen absolutamente apocalíptica. Destacó mucho su última canción, La Santa Muerte; que, por cierto, tiene una línea de bajo fenomenal.