Por Rafa González (texto) y Píntame de Negro -Eva Rodríguez- (fotografías)

 

 

El pasado sábado 2 de noviembre la sala Silikona de Madrid recibió la visita de cuatro bandas internacionales de thrash metal, grosso modo. Dos de ellas de este siglo (NEKROMANTHEON e INCULTER) y las otras dos de los 80’s (MESSIAH y NECRODEATH). Dado el estatus de culto de estas dos últimas, era un concierto muy esperado por los aficionados al metal de la vieja escuela; y efectivamente, estos respondieron a la llamada. 

 

 

El primero en tocar fue el grupo noruego INCULTER. Rápidamente, a la vista del desempeño de todos los instrumentos, su estilo thrash tradicional se delató sin fallas. Empecemos por la batería, que ejecutaba ritmos rápidos e intensos, reforzados ocasionalmente por blast beats. Era curioso ver cómo el hombre a las baquetas tocaba con los brazos cambiados, demostrando gran técnica en ambos apéndices aún siendo zurdo. Aparte, su uso de los platos resultaba insano, tocando todos y cada uno de ellos, que eran nada más ni nada menos que siete.

 

 

Sus riffs de guitarra eran también típicamente thrasheros, abusando de la técnica de alternar notas al aire graves con notas algo más agudas que cargan con la melodía, se hacía notar su agrado por escalas de corte como egipcio. La voz era rasgada, y algunas canciones tenían un punto blacker que recuerda a DESTRÖYER 666. Por otro lado, los ingeniosos arreglos del bajo y las pequeñas secciones pausadas evocaban un poco a CORONER.

 

 

Para terminar, mencionar que todos los instrumentos se escucharon perfectamente y que la coordinación y  ejecución de los músicos estuvo a la altura.

 

 

NEKROMANTHEON, al igual que INCULTER, es también una banda de thrash metal de Noruega. Sin embargo, estos lo hacen más puro. Específicamente, es thrash al estilo teutón. Es rápido, fiero pero también tiene sus partes rítmicas. A mitad del concierto el público se animó a corear. Instrumentalmente diría que a quien más me recuerda es a DESTRUCTION, pero cuando tienes en cuenta la sequedad de la voz empieza a parecerse más a MUTILATOR.

 

 

Exceptuando algún punteo de guitarra contado, NEKROMANTHEON apenas tiene melodía. De hecho, las guitarras juegan bastante con el ruido. Además, las canciones no suelen ser largas. 

 

 

Hacia el final del show, empezó tímidamente un mosh pit que se fue abriendo cada vez más. En suma, un buen directo, pero debido a la escasa identidad propia de la música, esta no llama tanto la atención como para ser bien recordada.

 

 

A continuación llegó NECRODEATH, una de las dos bandas que conocía yo antes de ver el cartel. Procede de Italia, y es conocida por ser una de las bandas pioneras en ese tipo de thrash que se queda a las puertas del death, y sobre todo, del black.

 

 

NECRODEATH, al contrario que NEKROMANTHEON, sí es muy melódico. Un claro ejemplo de esto es la canción The Creature, que se basa en una melodía de punteo tan simple como siniestra, y ante todo, pegadiza. De hecho, diría que la forja de punteos pegadizos es el mayor fuerte de NECRODEATH.

 

 

Muchas de sus canciones son lentas y épicas, pero es típico que rompan y se conviertan en rápidas. Para ello, los solos del talentoso guitarrista son clave. Diría que las secciones lentas son más blackers y las rápidas más thrashers. Por su lado, la voz también juega entre dos mundos, ya que varía entre guturales suaves y un cante áspero y agudo. La voz se notaba un poco cascada, pero aún así a mí me parece que tiene personalidad. Además, se notaba que todos estaban pasándolo en grande, aunque, como es típico, el cantante es el que más teatralizaba.

 

 

Para poner la guinda sobre el pastel, una cover de SLAYER, Black Magic, provocó el mayor pogo de toda la jornada. En resumen, disfruté mucho del show.

 

 

Por último entró en escena MESSIAH, la otra banda que conocía antes de venir. Es un grupo de thrash/death suizo también pionero en su subgénero. Como no debía ser de otra manera, la voz es semi gutural, y particularmente monocromática.

 

 

Diría que son más duros que los otros tres grupos. Su música es punzante y muy agresiva. Se sentía como una tortura de apuñalamiento continuo, pero en el mejor de los sentidos. Pero, a pesar de su angosto filo, sonaba más contundente que NECRODEATH, con más cuerpo. Cosa que se deberá, en parte, a tener un guitarrista más entre sus filas. De hecho, algunas de sus canciones, como Space Invaders, tienen cierto componente doom. Ya sea de manera veloz o retardada, son siempre apisonadores. Y la batería, que sonaba como un bombardero, ayudaba a que el resultado final fuera tan explosivo.

 

 

Hablando de canciones en concreto, me gustó que para Choir of Horrors pusieran la intro cristiana en latín que suena en el disco. Pero la mandanga de verdad se hizo esperar al final de la actuación. Extreme Cold Weather mostró la faceta más progresiva de la banda. No empezó muy allá, pero a partir del primer cambio de compás la canción ya cogió forma. Es una canción muy original, y debido a los punteos del guitarra solista, suena en cierto modo celestial. Al ver su camiseta de MANILLA ROAD, me di cuenta de que realmente es muy posible que su lado progresivo esté inspirado por ellos.

 

 

Acabaron con otra canción en esa misma línea, The Dentist; posiblemente mi canción favorita. Es un tema con el que es imposible aburrirse. Es una amalgama de doom, thrash, death y metal progresivo. Muchos cambios de ritmo, riffs lentos y sinuosos, secciones tralleras trituradoras, solos que tienen tanta técnica como sentimiento… y todo sin ánimo de demostrar nada. De hecho, fue la única banda cuyos miembros exhibieron un look ciertamente casual.  De hecho, comentaba con mis amigos que el guitarrista previamente mencionado tenía aspecto como del típico heavy de 60 años de tu pueblo que te invita a una birra por ser un joven metalero de 16 años.

 

 

Para finalizar, aplaudir a  Manguales Extreme Metal Union y Black Matter Productions por lograr organizar los sets con tal precisión que, en lugar de pasarse de tiempo -como es habitual-, el concierto terminara nueve minutos antes de la hora prevista, las 12.