Por Rafa González (texto y fotografías)

 

 

El pasado viernes 13 de diciembre tocó ir a la Sala La Trinchera de Madrid a lo que en un principio sería un cartel de tres bandas; pero que, tras la caída de VIRIATHUS, se quedó en tan solo dos.

 

Aparte de que la sala esté metida dentro de un mercado de alimentos, lo otro que me llamó la atención antes de entrar fue ver crust punkies por ahí. Para quien no se haga una idea, el crust punk es un subgénero mucho más agresivo, sucio y oscuro que el punk tradicional, con cierta influencia del metal. Un subgénero que en España apenas tiene seguidores en términos relativos. Claramente MORFINA, autodefinido como black/crust, era el reclamo de esta gente.

 

 

De todos modos antes iba ETHREUM, que aunque en el cartel decía que es black metal de Madrid; el cantante, al poco de subirse al escenario, gritó algo así como: «¡Somos puro black metal sudamericano!». Más tarde, hablando con sus integrantes, me dijeron que son casi todos de Colombia. 

 

 

Y efectivamente, en ETHREUM, como es típico en el black, sus miembros iban con corpsepaint, y los tres que tienen el pelo corto, con capucha. Musicalmente son bastante melódicos, pero también dejan hueco para partes doom, como se puede ver bien en la canción Unclean Spirits. Los guturales son muy agudos y ásperos. Las guitarras también suelen ser agudas y se basan en acordes tocados con trémolo picking (la manera típica del black metal). De modo que el bajo se vuelve un instrumento fundamental para darle el cuerpo necesario al conjunto.

 

 

Hablando del instrumento de cuatro cuerdas, uno de los pocos fallitos que yo le pude ver al concierto es que durante las cuatro primeras canciones -más o menos- el bajo estaba demasiado alto. Pero bueno, eso tardaron rápido en arreglarlo.

 

 

Infundamentis Mortis, una de mis favoritas, comienza con un riff melódico a lo SATANIC WARMASTER e intercala con partes más duras y rápidas a lo black noruego de la 2ª ola. Para esta última canción la banda hizo una performance con dos chicas pelirrojas usando un siniestro altar y encendiendo unas velas. Al final del ritual le pusieron sangre en la cara al público que estaba en primera fila y a los músicos. Desde luego, una muy buena forma de dejar un recuerdo totalmente único, y por ello hubo muchos aplausos.

 

 

Tras la pausa llegó MORFINA, que dice que hace black/crust, pero excepto por algún d-beat contado, realmente suena muchísimo más black que crust punk. Un black más simple que el de ETHREUM, pero un black metal clasicote al fin y al cabo. Sí que es verdad que ninguno de los cinco músicos llevaban las pintas blackers totales de ETHREUM. De hecho, el cantante iba con una camiseta de WORMROT (grindcore). Pero yo me esperaba escuchar algo más en la línea de Canadian Metal de DARKTHRONE (por poner un ejemplo de black crust muy claro).

 

 

Ya tenía a este grupo en mi punto de mira debido a que me encantó su canción Esclavos de la Enfermedad cuando la escuché en Spotify. Un tema lento y apalancador que induce una turbia pesadez en el cuerpo difícil de olvidar. Y en directo estuvo a la altura. Sus letras hablan de asuntos depresivos primordialmente, y seguramente eso esté ligado al nombre de la banda (MORFINA) y a otros títulos de canciones que van también sobre drogas (Black Metal Cocaine y Alprazolam). 

 

 

Si lo comparamos con el anterior grupo, por un lado, la voz usa un gutural más profundo y menos agudo. Y por otro lado, las canciones se parecen bastante más entre sí. Pero de todas formas, puede tener su gracia la monotonía, ya que induce al trance. Ayuda a sumergirte de lleno en la atmósfera de amargura que la banda crea. Por el contrario, canciones como Consume Your Existence, llaman especialmente la atención por ser más melódicas y pegadizas de lo normal; a pesar de que ni el estribillo pierde jamás su ademán invernal. 

 

 

En conclusión, se presentó un número considerable de público, disfrutamos de una bella performance, hubo pogos y el último grupo cedió ante los reclamos populares de tocar una última canción más. Si os gusta el metal extremo, mirad lo que tiene por ofrecer Quintessence Metal Club, los organizadores de este bolo.