Por Rafa González (texto) y Miriam Lozoya (fotografías)

 

 

Por tercera vez en el mes de marzo, me hallaba camino de uno de los soberbios conciertos organizados por MANGUALES EXTREME METAL UNION. Esta vez caía en jueves, y se realizaba en la Sala Nazca de Madrid. La verdad que es muy gracioso que en esta sala se realicen shows de metal extremo, ya que se encuentra en una zona muy pero que muy pija de la capital. Afuera de la sala, el contraste entre greñudos en chupa de cuero y gente elegantemente enchaquetada engendra mil miradas que van desde el genuino asombro hasta la total repugnancia. Dentro de la sala, dicho contraste se termina de traducir en la barra de bebidas más poco frecuentada que he visto en cualquier evento al que he asistido. Y es que, llega un punto en el que la avaricia rompe el saco. Si pones la cerveza tan sumamente cara, normal que el público se espere al descanso entre bandas para comprar latas en el estanco y beberlas antes de entrar.

 

 

Bueno, ahora hablemos de música. La primera banda del cartel era UMBRAETERNUM, que comenzó tocando Predadores Espirituales, de su único LP El Presagio de una Gran Tragedia. UMBRAETERNUM es un grupo de black metal madrileño que lleva en activo desde el 2017. Yo ya lo vi abrir para DJEVEL en 2023 y mi impresión fue muy buena. El cantante iba intercalando guturales agudos con graves, a lo que se unía una voz lamentosa en limpio pero con mucho cuerpo que le terminaba de dar el toque que hace tan especial a UMBRAETERNUM: canciones largas sin cambios abruptos que transmiten una sensación que varía entre el sermón y el lamento.

 

 

La muy voluminosa figura del cantante, exacerbada por una ropa harapienta y larga, jugó en favor de su puesta en escena. Él era el único que vestía ropas no convencionales, pero era suficiente para que cada verso de UMBRAETERNUM sonara a las antiguas escrituras.

 

 

Especial mención al espectacular desempeño del batería, que pilotaba tan tremendo barco sin equivocarse y de manera muy elegante. Por su parte, la guitarra se componía casi totalmente de un incesante trémolo y de tétricos arpegios. El bajo se complicaba menos, pero tampoco había necesidad de otra cosa. Aportaba el peso necesario al conjunto.

 

 

NOCTEM es un grupo que empezó siendo una especie de death metal melódico, pero que poco a poco se ha ido acercando cada vez más al black metal. Vienen de Valencia, y son una de las bandas más grandes ahora mismo del género a nivel nacional. En cuanto a la estética, llevan un corpsepaint acompañado por pintura negra en los brazos. Y como no podía ser de otra manera, la ropa es toda negra, y medio rota.

 

 

La mayoría de canciones que tocaron tienen más black que death metal, pero se nota que no son un black tan puro como el de UMBRAETERNUM o ANCIENT. Muchos riffs son acordes lentos y pesados; no estamos ante un trémolo perpetuo. Por otro lado, la guitarra solista juega mucho con la disonancia, que, desde luego, ayuda a infundir terror. Al igual que UMBRAETERNUM, NOCTEM también sonaba a lamento, pero el toque sermoneador de la anterior banda, NOCTEM lo sustituyó por una chispa aterradora y destructiva. 

 

 

Aquí se presentaron muchas más secciones brutales, y los guturales fueron hiper viscerales y más graves de lo que acostumbra el black metal. La guinda sobre el pastel la otorgó el cantante en la última canción, que expulsó sangre por la boca, llegando la mancha hasta la segunda fila.

 

 

ANCIENT empezó tocando el Cainian Chronicles entero, que es mi álbum favorito de ellos. Aunque la tercera pista, la parte II: Lilith’s Embrace, la dejaronn para el final, para después de la que viene última en el disco. Debido a que amigos míos que estuvieron en el festival BLACK TEMPLAR aseguraron que ANCIENT sonó mal, yo llegué a este concierto con las expectativas muy bajas. Sin embargo, no noté ninguna de las críticas que había escuchado de ellos. Una de ellas les tachaba de aburridos, cuando sus composiciones cambian constantemente y tienen muchos riffs super pegadizos. La verdad es que no los noté en absoluto cansinos, y a juzgar por las efusivas reacciones del público, parece que mi opinión se alineaba con el sentir general.

 

 

Visualmente tampoco aburrieron, ya que, aparte de llevar todos corpsepaint, uno de los guitarristas tenía una hilera de largos pinchos rodeándole la cabeza. Y para rematar, su cantante también echó sangre por la boca. Su black metal sonaba a cuento fantástico, y eso se debía sobre todo al teclado. Donde los otros albergaban un halo de tristeza, ANCIENT comportaba una epicidad totalmente envolvente. La última del Cainian Chronicles, Homage to Pan, con su suave y delicado interludio, es un buen ejemplo de ello.

 

 

Por si lo anterior fuera poco, ANCIENT acabó con un bis muy largo donde tocó canciones del primer LP, Svartalvheim. Entre ellas mi favorita, The Call of the Absu Deep, que tiene unos punteos y unos redobles de platillo que le pondrían los vellos de punta hasta a una piedra. De postre tocó un cover de BATHORY, 13 Candles, que, por supuesto, clavó.