Crónica: Elchicohache
Fotografía: Jaime García
Teníamos muchísimas ganas de esta fecha, una de las más esperadas de este año para quienes amamos la vida lenta. Todo preparado: mochilas, snacks, playlist y gasolina. Arrancamos para el SonicBlast dirección Moledo casi por inercia, pero este año, coincidiendo con su décimo aniversario, la edición se emplazaba en Áncora, una pequeña villa que realmente nos sorprendió para bien: Unas playas preciosas, mucho verde y gente de diez. Llegamos a media tarde, dejamos todo en una casa que nos dio la vida durante los cinco días que pasamos allí y sin mucha distracción, fuimos camino del recinto para recoger acreditaciones y comenzar la aventura.
Una vez llegamos, se respiraba ya el ambiente y las ganas que todo el mundo tenía de volver a mover las cabezas a ritmo de doom. Sonaba Let the Devil in de Green Lung en mi cabeza abrazando todo lo que venía mientras avanzábamos con el coche entre mucha camiseta de Kyuss y Pentagram. Nos sorprendió la amplitud de la zona pero a la vez lo acogedora que era. En la entrada se adquirían las pulseras, vasos y tokens para consumir dentro del festival y una vez accedías, el recinto de dividía en dos zonas claramente diferenciadas: zona de comidas y Stage 3 y la explanada principal, donde a lo lejos ya se veían los dos main stage tras pasar por la zona de aseos y merch. Aquí hicimos la primera parada para ver qué habían traído las bandas. Cómo lo echábamos de menos… La segunda parada estaba clara: un par de Sommersby y empezamos.
Día #0
La noche del miércoles sirvió para reconocer el entorno y tomar un aperitivo antes de los platos fuertes. Una bienvenida más que digna para quienes estábamos ya por allí. Éramos poca gente comparado con lo que vimos los días posteriores. Me encantó el ambiente de relax que se respiró durante esa noche. Queríamos ir con cautela pero sin perdernos nada.
Comenzó a sonar un pasaje de art-rock que me recordó mucho a Elder y nos acercamos muy rápido al escenario. Era TEMPLE FANG, banda que me sorprendió gratamente no solo por sus guiños a los alemanes sino por sus partes desérticas en la onda Big Scenic Nowhere acercándose continuamente a una Jam eterna que te lleva y no sabes a dónde. Me quedé con ganas de más de este cuarteto holandés, quizás era bueno rescatarlos para un escenario más grande en el futuro. Después llegó el turno de EL PERRO, pudimos verlos por primera vez pues volvían a tocar el viernes. Esta banda americana venía con muy buena carta de presentación, y es que se trata de una formación liderada por Parker Griggs de Radio Moscow. Buena psicodelia con tintes de soul-funk muy pero que muy bailable. Qué planta y qué estilo sobre el escenario… Por último, destacar a TOXIC SHOCK, una banda de Bélgica que no me esperaba para nada y que consiguió activarme para la hora que era y todo el cansancio acumulado del viaje. Sonido entre Municipal Waste y Youth of Today, enérgicos a raudales, crudos y muy macarras.
Día #1
Comenzamos el jueves con mucha fuerza y nos dirigimos al Stage 3, donde daría comienzo y tendría lugar el cierre cada jornada. Ya había bastante gente y se veía venir una gran afluencia para lo que quedaba de día. Hora de comer y era el turno de la banda portuguesa PLEDGE, un post hardcore de calidad con toques de emo, voz con mucha identidad y algo de esencia de principios de los 2000. Me recordaron por momentos a Refused y fueron una de las sorpresas del día. Cambio rápido al Main 2 para ver a MADMESS, otra banda local que para quien no la conocíamos, llegamos a pensar que era stoner instrumental hasta que a los 20 minutos de concierto se arrancaron a cantar alguna estrofa. La verdad que no se echaba de menos la voz. Trío muy compacto con tintes de psych-space pero con una base muy pesada y contundente.
A partir de aquí, la tarde se me empezó a pasar muy deprisa… Comenzaron los noruegos THE DEVIL AND THE ALMIGHTY BLUES con mucho peso, sonido muy contundente, transportándonos a algún desierto lejano a Oslo, ¡qué calor hacía! Tras ellos, SLOMOSA me conquistaron con unas armonías cuidadísimas a dos voces que nos hacían avanzar por largos pasajes de stoner en la onda Kyuss con toques piscodélicos hasta llegar a New York City, pues los que venían eran KING BUFFALO, unos de los más esperados de este primer día. Este trío poderosísimo levantó a las masas que nos apilábamos bajo el sol. Un heavy psych hipnótico que se plantó como un yunque en el escenario. Un setlist muy completo y quizás algo empañado porque tocaron demasiado pronto y la gente aún no estaba del todo activa. Aún así me sorprendió lo lleno que estaba todo para ser tan solo las seis de la tarde.
Buscábamos ya que se escondiese un poco el sol, pero nos quedaba por ver a MEATBODIES, una curiosa mezcla de stoner y punk con voces muy afiladas y unas épicas armonías de guitarra que dieron paso a la happy hour del día: W.I.T.C.H. Nos quedamos con ganas de ver a su frontman Chanda que no pudo acudir, pero aún así cumplieron con garantías cogiendo el timón su carismático teclista. La banda de Zambia que nació allá por los años 70 y tras un largo hiatus sigue dando mucha guerra, puso la nota alegre y nos permitió relajarnos un poco para coger fuerzas. Y falta nos hacía, pues lo que venía después ya eran palabras mayores.
Empezamos la noche con NEBULA, demostrando que no han pasado los años por ellos. Menudo directo de estos reyes del fuzz. Iba con muchas ganas después de haber escuchado lo último que venían sacando. Las expectativas estaban muy altas después de su último trabajo grabado en el mismísimo desierto de Mojave… y para nada defraudaron. Sonido cósmico, mucho pedal y la inmensa presencia de un Eddie Glass que se comió el escenario por todas partes. Dejaron el listón alto para quien les sucedía, y no eran otros que los legendarios Brant Bjork y Nick Oliveri, acompañados de Ryan Güt a la batería bajo el paraguas de su nueva formación: STÖNER. Iba con muchas ganas de ver a esta banda porque la sola presencia de la columna vertebral de Kyuss ya impone bastante. El warm up en el main stage ya desvió centenas de miradas apartándolas de la actuación de NEBULA, y es que la gente estaba deseosa de que estas leyendas comenzasen a tocar. Lamentablemente, me quedé bastante frío con el sonido de la banda. Apenas se escucharon las voces durante todo el concierto, y los vi bastante flojos y poco carismáticos (a excepción de Goot, y algún momento puntual de Oliveri) sobre el escenario. Me quedo con una de las pocas cosas positivas y es que cerraron, como era de esperar, con Green Machine. Tras los californianos, repetía TOXIC SHOCK, que si el día anterior me habían parecido enérgicos y macarras, en esta actuación, donde ascendieron de categoría para tocar en el main 2, me dejaron con la boca aún más abierta. ¡Qué actitud!
Finalmente, tras la fatiga con la que terminamos este concierto, llegó lo que iba a ser una de las actuaciones no solo del día, sino también de todo el festival. Y la medalla es para SLIFT, que cerraron el día con un espectáculo audiovisual sin parangón, más propio de cabezas de cartel de macrofestival que de lo que esperas ver un jueves noche en Praia Ancora. Los franceses dejaron claro que son el presente y el futuro de la escena. Sigue resonando en mi cabeza la intro de Altitude Lake acompañada de las proyecciones majestuosas que dejaron prendada a la multitud. Una hora de absoluta barbaridad sonora, donde los de Toulouse caminaron a sus anchas postulando para ser llamados a liderar la nueva orden del space/stoner/art y todas las etiquetas que desees añadir, porque todo lo hicieron de maravilla. Terminé como si hubiese corrido una media maratón con una sensación de plenitud difícil de olvidar.
Día #2
Empezamos el viernes muy pronto y muy fuerte. La verdad que se hace un poco duro enfrentarse al calor de las 14:00h sabiendo que queda todo un día por delante, pero fue muy gratificante el esfuerzo, porque la banda que se encargaba de abrir el día en el stage 3 era ROSY FINCH, y ya sabemos cómo son los directos de esta pedazo de banda alicantina. Un sonido entre el grunge y el sludge más furioso que te empujan con cada riff. Emanan rabia y ruido, que es lo mejor para comenzar un fin de semana.
Seguíamos con el trío 24/7 DIVA HEAVEN, procedentes de Alemania y que para mí fueron un gran sorpresa. Menuda manera de generar el caos y de hacer una actuación tan divertida y potente. Personalmente siempre agradezco algo de punk, esté en el festival en el que esté y las alemanas me dejaron vibrando a la espera del siguiente concierto.
Nos movimos al main 2 para ver a LUNAVIEJA, grupo que causó bastante buena impresión entre el público pero que a mí no terminaron de convencerme. Una actuación a medio camino entre el doom y la performance. Empezaron muy bien recordándome a Monolord con un riff muy pesado y una voz muy onírica cargada de reverb, pero me distancié por completo con el show y la mística, a lo cual no le resto valor y admiro la propuesta. Nos movimos para ver a THE MACHINE al main stage y a pesar de tener un directo potentísimo y sonar a puro noise sin fisuras, lo sentí como un concierto muy de transición por la hora que era. Me hubiese gustado disfrutarlos más entrada la noche. Aún así, movimos mucho el cuello con los pasajes desérticos de este trío holandés en el que no pude de dejar de mirar la Alef de David Lebowski, ¡qué preciosidad!
De esta máquina tan bien engrasada pasamos a los que para mí, y con todo el perdón de bandas como WITCH o ELECTRIC WIZARD, se llevaron el directo del día: GREEN LUNG. La banda británica era una de las que más deseaba ver de este cartel y mi sorpresa fue que pasasen tan desapercibidos cuando este se anunció, sabiendo lo que son capaces de hacer. Venían presentando el álbum Black Harvest y empezaron el concierto como si le hubiésemos dado al play al disco. Old Gods, Reaper’s Scythe y la increíble Graveyard Sun generaron el gran aquelarre de la tarde. Consiguieron embrujar a los que nos apilábamos en el main 2 dejando claro que “…a little death never hurt anyone”.
No había paradas técnicas esta tarde de viernes, pues lo que tocaba ahora era disfrutar de la banda británica PIGS PIGS PIGS PIGS PIGS PIGS. Los de Newcastle dieron un directo increíble dejando fluir el noise, stoner, doom que tan bien integran en sus cortes. Se vaciaron en cada canción sin pensarlo dos voces. Fue tal el despliegue enérgico que su cantante, Matt Baty, haciendo alarde de su humor británico se disculpó por no soportar las temperaturas peninsulares y tener que tomar aire entre canción y canción. Eso sí, se aventuró a ser partícipe del caos con un poco de crowd surfing. Para recuperarnos de esta actuación, nos vino bastante bien nuestro segundo encuentro con EL PERRO, un tinte mucho más tranquilo de rock clásico y tonteos con el soul-funk. Los disfruté más el primer día porque lo sentí más íntimo, pero es innegable que en tema de sonido, el salto al main 2 se notó bastante.
Tras esta nueva formación liderada por Griggs, veíamos a una de las bandas con mayúsculas del viernes: FRANKIE AND THE WITCH FINGERS. Para toda la gente que ya veníamos sabiendo quiénes eran, esperábamos un gran directo, con mucha energía, psicodelia y diversión. Y eso nos entregaron, pero sorprendiendo con la manera en la que lo lograron. Un sonido perfecto con una conexión entre miembros casi mágica y un carisma arrollador. Personalmente, siendo muy fan de esta banda, me sorprendió lo nítido y equilibrado que sonó todo, acostumbrado a su característico fuzz sucio en disco, y esto sirvió para que pudiésemos apreciar todo su talento mucho mejor. Nos movíamos al main 2 de nuevo para ver un rato a CONAN, a los que ya había visto en otras ocasiones y siempre me dejaban un poco meh por la voz. Y me volvió a ocurrir. Es un grupo que prefiero escucharlo en disco porque lo disfruto más y a pesar del muro sónico que crearon no terminan llenarme lo que podría esperar.
Sobre las 22:00h comenzamos con WITCH, uno de los platos fuertes que se esperaban este día. Sabíamos que no íbamos a ver a J Mascis pues estaba de gira con Dinosaur Jr. y eso me desanimaba un poco. La verdad que me dejaron un poco tibio. Sonaron bien, correctos, pero sin mucho alarde: disfrutables.
Tras ver a WITCH, rápidamente nos situamos junto al main 2 para saludar a nuestros conciudadanos MOURA. Los coruñeses dejaron el listón muy muy alto con su psych-rock. Magia pura llena de folklore galego, creando otro de los grandes aquelarres del día. Cumplieron con creces dejando la puerta abierta para que pasasen los grandes cabezas de cartel de esta edición del SonicBlast: ELECTRIC WIZARD.
Medianoche, todo teñido de rojo y el ambiente no podía ser más acorde. Todos los relojes se ralentizaron durante una hora larga, aferrados a los potentes y pesados riffs de los ingleses. Se palpaban las ganas que todo el mundo tenía de disfrutar de esta banda y Jus Oborn no defraudó. Cada intro de guitarra introduciendo la base que dominaría la canción de manera tan característica se coreaba por la multitud. Un ritual de doom metal oscuro, misterioso y visceral que consiguió unir a toda la gente bajo una opinión unánime: ¡Menuda experiencia! La atmósfera que crearon fue brutal, pero aquí pude experimentar una de las fallas más importantes de la organización. No había manera de salir de la multitud por ningún lado, pues al disponerse el recinto del festival como un pasillo cercado por los laterales, solo se podía salir avanzando en dirección contraria al escenario. Esto ocasionó algún desvanecimiento por el calor y la aglomeración, que afortunadamente se quedaron en pequeños sustos. Tras disiparse la gran masa que atrajo ELECTRIC WIZARD, dieron comienzo KALEIDOBOLT, otra de las apuestas de Svart Records, que tenían un papel muy muy complicado: mantener a la gente enganchada tras la actuación más grande de esta edición. Este poderosísimo trío de Helsinki venía presentando This one simple trick, disco que me había sorprendido para bien por la fuerte unión de la psicodelia, el rock 70s y el heavy clásico. En directo no defraudaron, hicieron una performance de impresión y terminaron por quitarme la poca energía que me quedaba.
Día #3
Arrancamos el tercer día (cuarto para quienes llegamos en la apertura) prácticamente en reserva. Mientras nos tomábamos los primeros cafés de la mañana fuimos enterándonos de los cambios que sufría el cartel ese día. Lamentablemente se cancelaban las actuaciones de Mythic Sunship y El Altar del Holocausto. En sustitución de la banda danesa repetirían los americanos DEATHCHANT, que se habían encargado de cerrar la noche anterior, y para reemplazar a nuestros salmantinos enmascarados favoritos, se adelantaba el concierto de Mr.MIYAGI. Una pena no haber disfrutado de estas dos bandas que espero poder ver pronto.
La jornada comenzaba con la actuación de SAMAVAYO, que estuvieron muy bien. El trío alemán me dejó sensación de haber visto una fusión entre Red Fang, ASG y The Sword. Palabras mayores. Una pena que estuviésemos tan poquita gente por ser la hora que era… De aquí nos fuimos al main stage para ver a THE BLACK WIZARDS, que ya adelanto, no defraudaron. Banda local que se mueve a la perfección por el blues rock y el setenteo. Entre wah-wahs nos íbamos moviendo en compañía de las dos voces y los bajos tan bien dibujados que articulaban cada canción. Tras esta gran actuación, íbamos a disfrutar de otra similar. Era el turno de DEATHCHANT, banda de L.A. en la onda Valient Thorr y Red Fang, con cabalgadas muy de heavy clásico y una actitud mega punk. Me divirtieron mucho, como a gran parte de la audiencia.
Cruzábamos el charco para acercarnos a UK, pues era el turno de PSYCHLONA, una banda que dio un concierto de aprobado, buen sonido y buena performance, pero me dieron la sensación de ser una banda más… Lo que no me pasó con BALA, pues las gallegas dieron el show del día. Rabia, sentimiento puro y crudo arrancado de las mismas gargantas de estas dos máquinas de reventar escenarios. Supieron “Agitar” a las masas llevando su actuación a un nivel pocas veces visto ¡A topísimo!
Tras BALA, necesitábamos un descanso y nos apartamos un poco para tomar aire, pero claro, no contábamos con la fuerza de atracción de MDOU MOCTAR. El excelente compositor de Níger, rodeado de un halo de alegría como si estuviese tocando en el salón de su casa para cuatro amigos, llevó a cabo una de las mejores actuaciones de todo el festival. Resultó increíble ver que siendo tan solo las 18:00h la gente se apilaba, bailaba y cantaba al unísono himnos como Afrique victime, que a sabiendas de lo que suponía, agradecemos que alargase hasta verlo convertido en prácticamente una jam. La sigo tarareando días después… Después de su maravillosa actuación, con sonrisas aún en la cara cambiamos de escenario para ver a THE ATOMIC BITCHWAX. Los de New Jersey dieron un concierto correcto. Este veterano trío que se mueve por la psicodelia, el rock clásico y los tintes prog, nos entregó una actuación muy familiar, muy de sala y nos sirvieron de antesala para lo que venía.
La situación de repente se tornó surrealista. Estábamos junto al main stage cuando de repente nos dimos cuenta que teníamos junto a nuestros hombros a Bobby, de PENTAGRAM, visiblemente nervioso buscando a alguien entre el público que portaba “algo” muy valioso para él. Tratamos de averiguar qué era y le ofrecimos nuestra ayuda, pero la gente empezó a darse cuenta de su presencia y en avalancha acudieron para inmortalizar el momento. Todo un personaje, entrañable y excéntrico no dejaba de salir cada pocos minutos pero la cosa no parecía solucionarse, hasta que por fin, apareció su salvadora y se dirigieron al back stage para que diese comienzo su actuación. No sabíamos muy bien qué nos íbamos a encontrar, y la verdad que fue un concierto de impresión. Entre clásicos, Bobby parecía moverse rejuvenecido con un placement de leyenda. No defraudó para nada su voz ni el sonido de la banda. Una de las mejores actuaciones del día la de PENTAGRAM, ayudados por la nostalgia del público y la llegada de la noche.
Nos íbamos a encontrar ahora con una de las sorpresas de la última jornada del SonicBlast, y era la actuación de los griegos 1000MODS. Y no digo sorpresa porque no pensase que fuesen a realizar una actuación correcta, sino porque dejaron a todo el público sin palabras. Qué manera de vaciarse sobre el escenario. Una de las performance más enérgicas de todo el festival, que a ritmo de stoner nos dejó sin voz y con las fuerzas ya un poco mermadas. Menos mal, que ahora tocaba relajarse un poco, cerrar los ojos y sentir la propuesta de esta banda ya mítica: MY SLEEPING KARMA. Era mi cuarta vez con los alemanes, y de lejos la que más los he disfrutado sin albergar demasiadas expectativas. Ya sabía lo que iba a ver y no tenía especial ilusión por una más, pero de verdad, esta banda salva cualquier día con esta actitud y su espíritu embriagador. Su característico juego con delays y sus largas intros limpias que se contestan a sí mismas pero con distorsión hicieron la delicia del público, que movió el cuello hasta no poder más. Otros que se merecen un puesto en el podio de esta edición…
Medianoche y llegaban puntuales a la cita: ORANGE GOBLIN. De sobra conocida la banda londinense que solo pedía una cosa a través de su frontman Ben Ward: caos. Y así se lo entregó la gente. Un continuo tumulto que no dejaba de oscilar a ambos lados del escenario. La gente estuvo entregadísima y se notaba que había ganas de ver a estos míticos de la escena. Gente continuamente saltando la valla, corriendo al pogo para volver a hacerlo, y así, durante hora y cuarto de fatiga y desenfreno. El Time travelling blues tiñó el recinto de naranja para prometer volver, más pronto que tarde, mientras daban pistas sobre su siguiente álbum. Del naranja pasábamos al verde, más oscuro que claro debido a las pocas luces que nos hacían atisbar a nuestros dos Dave favoritos: los estadounidenses WEEDEATER, acompañados de sus lentos riffs y sus botellas de whiskey. Pasajes infinitos de distorsión tan grave que aveces se pierde. Una experiencia increíble para sus acérrimos y no tanto para otros. Ya quedaba poca gente a esta hora y solo podíamos dejarnos llevar por la inercia de los pesados ritmos de la banda, que dio un espectáculo macarra y sin censura. Todo lo que se esperaba.
El cierre fue muy nostálgico para mí. La banda encargada de dar clausura a la décima edición del festival no era otra que Mr. MIYAGI. La banda local es el caos personificado, velocidad extrema y adrenalina para llevar al límite a la gente que aún tenía energía. Decía nostálgico porque hace muchos, muchos años… tuve la suerte de telonearlos un par de veces y son gente extraordinaria que no pensé que fuese a volver a disfrutar en directo. El circle pit fue de impresión e hicieron honor a su himno Destruction party. Espero que la gente se haya recuperado ya pasados unos días.
Para cerrar, haciendo balance de todo lo que vivimos, esta décima edición del SonicBlast fue todo lo que esperábamos. A pesar de atravesar unos meses de bajón por la cancelación del All Them Witches, banda que de lejos era la que más me apetecía del cartel, fui haciendo ejercicio de resiliencia y acabé por olvidarme pensando en el resto de grupos de los que iba a poder disfrutar una vez más. Marcharnos de allí habiendo visto a leyendas como ELECTRIC WIZARD o PENTAGRAM, bailando con MDOU MOCTAR, FRANKIE AND THE WITCH FINGERS, entrando en aquelarres diurnos y nocturnos con GREEN LOUN y MOURA, sudando y dejándonos la voz con BALA y atravesando trances maravillosos con SLIFT o MY SLEEPING KARMA, son algunas de las sensaciones con las que me quedo y me acompañarán hasta la siguiente edición de este grandioso festival.
Su salto de nivel ha sido notable y visible por toda la gente ya fiel a las ediciones anteriores, y tenemos la seguridad de que el año que viene sabrán perfeccionar las pequeñas cosas que en esta edición se quedaron un poco deslucidas por el cambio y la crecida de afluencia. Quizás una ubicación distinta para los escenarios sería valorable, pues las pruebas de sonido se hacían mientras actuaba otra banda y molestaba mucho al estar ambos main stage pegados. Algún puesto más de comida sería de agradecer y quizás más zonas de descanso o sombra para poder llevar mejor el día. Como digo, son cosas normales y entendibles con el cambio de localización y la magnitud que ha adquirido el festival en esta nueva edición.
Contamos los días para volver. ¿Qué nos deparará el 2023? Vida lenta, espero.